Llevaba 4 noches sin dormir, desde la cena de ensayo no había podido dejar de pensar en él.
Sus ojos azules, la tormenta de sus ojos azules, ¿cómo es que nunca los había notado?, pero su olor, ese olor a jabón combinado con el coñac, era una mezcla extrañamente deliciosa, y ella había encontrado algo particularmente intenso en la forma en que se molesto, cuando estuvieron a solo unos centímetros de distancia, sus piernas jamás le habían temblado de esa forma y ver sus labios tan cerca la habían hecho tragar saliva... ¡Buen Dios! ella lo había deseado, jamás se imaginó que el deseo por otra persona se sintiera de esa manera, realmente no sabía cómo es que se debía sentir el deseo.
Pero estaba segura que lo que había sentido era deseo, lo sabía. Pero la molestia de él y su falta de tacto al hablar, la hacía sentir increíblemente mal... No sabía que dentro de ella se desesperaba y la desesperaba tanto que en cuatro noches no había podido dormir.
Alguien llamó a su puerta y la sacó de sus pensamientos.
—Adelante— Violet se levantó de la silla y se alisó su vestido, era blanco, con listones verdes alrededor que desprendían pequeños detalles dorados, llevaba su cabello semirecogido y algunos rizos se sentían sobre sus hombros.
Sentía la fina tela de seda de su vestido sobre sus dedos, el corset esta vez no se sentía ajustado, se sentía bien o quizá ya se había acostumbrado, llevaba un poco de color rosa palido sobre sus labios, su piel se veía radiante y podía sentir el olor de la hierva buena sobre su piel.—Te ves perfecta— Le dijo su padre.
—Eres mentiroso, no he dormido bien— dijo señalando las ojeras que se miraban bajo sus ojos.
—Y aun así, eres hermosa— Benedict se acercó a ella y le acarició la mejilla.
—Padre... —Violet vio los ojos de su padre humedecidos, y ella solo lo abrazó. —Lo siento padre— dijo ella.
—¿Qué sientes?— le preguntó sin romper el abrazo.
—Supongo que crecer— soltó un suspiro y Benedict se separó un poco para verla a los ojos.
—Te deseamos tanto, por años Violet, siempre te lleve bajo mis alas intentado protegerte, pero es momento de que alces las tuyas al cielo, para que vueles por ti misma. Aunque dentro de mí cueste trabajo dejarte hacerlo, te cases o no, tu siempre seras mi niña, mi hija. —Benedict tomó su cara con sus manos y le dio un beso en la frente, sintió que una lágrima había escapado de él.
—Padre... yo — ella intentó hablar pero no salían las palabras.
—Eres una gran mujer Violet y estoy orgulloso de ti, no puedo detener el tiempo, pero mientras pueda hacerlo seguiré cuidando de ti, ahora — se aclaró la garganta y se puso recto — es hora de que bajes, el carruaje está listo.
Benedict se dirigió hacia la puerta para salir...
—Papá — él volteo cuando escucho la voz dulce y chillona de Violet —Te amo— y él le sonrió y se fue cerrando tras él la puerta.
✨
—Esto es sorprendente...Creo que esta es una temporada especial mis queridas niñas— dijo la Reina que se levantó de su asiento para dirigirse hacia las dos señoritas Bridgerton y la señorita Crane.
—Deben estar muy orgullosas— dijo mirando a las madres de las tres muchachas.
Se acercó a Agatha y la tomó de la barbilla levantando su rostro —Eres bonita y discreta, tienes la mirada profunda eres como la esmeralda y la primer Featherington en ser considerada un diamante, una joya... — Y avanzo otro paso.
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Una Bridgerton en aprietos
RomanceLa temporada social está por comenzar y está autora esta segura que está vez no habrá un diamante de temporada, si no tres. Hagan sus apuestas, esta autora asegura las ganará todas. Tres señoritas Bridgerton ingresan esta temporada al mercado matrim...