—Linda mansión— Colin la jalo de la mano por un oscuro pasillo.—¡Colin!— Chilló ella, habían ingresado a una de las tantas habitaciones que había en la casa de Lord Kanart.
—Debo decir que le ha ido bien a Cressida después de todo— Penélope sintió las manos de Colin sobre su cadera.
—No deberíamos estar aquí— Luego sintió su respiración en la nuca.
—Yo creo que sí— La apretó firme a él, para que ella pudiera comprobar lo mucho que la deseaba en ese momento. Lo mucho que la necesitaba.
—Colin... Agatha está sola— Susurró... Él soltó un pequeño gruñido.
—No está sola, Eloise está con ella... — Colin le dio un beso en el cuello, luego comenzó a acariciar sus brazos, deposito un beso sobre su hombro.
—Oh, Colin...— llegó a su cuello, y comenzó a desabrochar su vestido, ella estaba perdida, perdida en él.
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—¿Y mis padres?— Alzó la vista buscando por todo el lugar.
Kate y Sophie se miraron cómplices, Eloise soltó una pequeña risita, sabían perfectamente porque habían desaparecido, siempre lo hacían.
Y de vez en cuando ellas también. Se cubrían las espaldas.
—Explorando seguramente el lugar es enorme y muy bonito— Dijo Kate, Sophie asintió con la cabeza.
—Si la mansión es muy linda, tal vez yo también debería ir a explorar— Agatha se levantó de su asiento
—Te acompaño— dijo Pennyrose quién la tomó del brazo.
—No creo, ahí viene tu príncipe— dijo señalando al hombre apuesto de traje azul que venía entrando al gran salón, y esta vez no venía solo con la reina, si no con otra mujer, probablemente su madrastra.
Todas las mujeres giraron su vista hacia la entrada, para observar al apuesto príncipe, su prima le soltó el brazo.
Maravillosa jugada, Agatha aprovechó la distracción para escabullirse entre la multitud.
Bajó las escaleras, el salón de baile se encontraba en un segundo piso, lo cual era sorprendente, la estructura del lugar era verdaderamente increíble.
Tenía algunos pasillos oscuros, donde se podían ver lo que seguramente eran habitaciones, la gran mansión debería tener al menos unas 30.
Agatha avanzó por un gran pasillo donde no había velas, nada iluminaba el lugar, sintió curiosidad cuando un ruido captó su atención.
Sin hacer ruido avanzó hasta la puerta que se encontraba entre abierta y ante sus ojos una desagradable imagen apareció.
—Milord, Oh... — La mujer arqueó su cuerpo hacia atrás, mientras jalaba de la mano al hombre que se encontraba de espaldas, invitándolo a tocarla. —Lo deseo tanto — El caballero la tomó del cuello como si fuera a besarla y luego se alejó bruscamente.
—Lady Canver, no... esto no va suceder — dijo el caballero que comenzaba a acomodarse su camisa.
La mujer se acercó al caballero que se había alejado y de un tirón bajo su vestido, hasta quedar sin nada frente a él.
—¿Seguro que no se quiere quedar? — Agatha estaba asombrada por tal descaro.
—¡Ah!— Salió de su boca sin querer, puso su mano sobre su boca para ahogar la expresión y se hizo hacia atrás.
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Una Bridgerton en aprietos
RomanceLa temporada social está por comenzar y está autora esta segura que está vez no habrá un diamante de temporada, si no tres. Hagan sus apuestas, esta autora asegura las ganará todas. Tres señoritas Bridgerton ingresan esta temporada al mercado matrim...