26. Compromiso

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Decidió ir a buscar primero a Libia, no se casaría con ella. Simplemente no podía casarse con ella, él quería a Agatha... no le había hecho una propuesta formal, su madre había arruinado todo. Si primero ver a Libia y luego a Agatha, eso haría.

—Lord Kenart, ¿en que le puedo ayudar?— preguntó el viejo mayordomo que parecía tener unos 67 años.

—Vengo a ver la señorita Libia— Dijo.

—Su prometida no está Lord Kenart, creo recordar que hoy es el compromiso del príncipe ¿no es así?— El viejo mayordomo casi se reía en su cara cuando golpeó su frente con su mano, ¿cómo lo había olvidado? Era el peor escenario.

—No es mi prometida— Dijo bruscamente.

—Ya veo que no— dijo el viejo mayordomo.

Si todo se daba a conocer formalmente en esa fiesta entonces si estaría atado de pies y manos, arrastrado al altar por tres mujeres, no lo iba a permitir.

—Muchas gracias, compermiso— Inclinó su cabeza en forma de despedida.

Se puso en marcha para ir a salvar a lo único que le daba sentido a su vivir: Agatha Bridgerton.

No soportaba más la tristeza. Así que se puso de pie, dispuesta a borrar toda señal de dolor en su cara, en su corazón.

—¿Señorita Agatha a dónde va?— preguntó Mary.

—Quédate con Georgi, voy con Violet y Juliet, me arreglaré allá para la fiesta, si mis padres llegan a casa antes comunicaselos— Sin decir mas salió de casa.

Una fiesta de compromiso, en casa de los Vizcondes, no podía ser más maravilloso.
Tenía los ojos inchados y tal vez su nariz roja, pero no importaba, no iba a derrumbarse por eso, o al menos eso creía ella.

—Aggie, ¿segura que estas bien?— Juliet la miró con el ceño fruncido.

—¿Puede la futura vizcondesa terminar de cepillar mi cabello o me voy?— Preguntó con una sonrisa tratando de sonar como ella, pero hasta Violet había echo una mueca.

—No se, pero estas rara— Dijo Violet y como respuesta Agatha se encogió de hombros.

—¿Por qué usas ese vestido?— Preguntó Juliet.

—¿No les gusta?— preguntó alzando la ceja.

—Es hermoso, pero nunca antes habías usado ese color— Dijo Violet.

—Es una bonita ocasión para hacerlo, me da alegría, además tiene historia, lo saben— Juliet y Violet simplemente intentaron sonreír.

Las tres bajaron las escaleras con sus vestidos listos y preciosos... La vida podía ser muy generosa, porque encontró una oportunidad perfecta para encontrar respuestas.

Subieron a sus carruajes, por supuesto que ir con Edmund y Juliet fue su peor decisión, aunque ir con Violet y Oliver no habría cambiado nada, no dejaban de darse amor y ella no podía evitar sentirse celosa por ello, pero por Diosss, ¿acaso ella no merecía también felicidad?

—Agatha Bridgerton— Dijo Edmund con voz autoritaria, luego miró a Juliet mirando el borde de la falda de su vestido.

—Olvide mis zapatos— Juliet soltó un suspiro.

—No puedes ir en botas, es una fiesta importante, toma— Juliet le extendió un par de zapatos plateados.

Casi descubierta... Ahora debía usarlos y montar con tacones seguro no sería fácil.

—Juliet, ¿Por qué traes otros zapatos extra?— Ella sonrió.

—Esos son mis favoritos, quería usarlos un rato, pero ya es riesgoso en mi condición usar zapatos con ese alto— Por supuesto, eso lo explicaba todo.

Una Bridgerton en aprietosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora