Que mañana tan linda, tan linda como para ir a montar.Chocolate y ella salieron a dar un paseo, como cada mañana. Ella no iba a cambiar su rutina solo porque estaba en la ciudad, además era demasiado temprano para que alguien la viera.
Había salido de la casa de los Vizcondes sigilosamente a las 6:00 am por la puerta de servicio, seguramente para cuando volviera nadie notaria que había salido. Romper las reglas para hacer un bien parece algo justo, después de tanto, ser debutante es demasiado frustrante, además a comparación de sus primas ella no había recibido a nadie, y eso se debía sólo a dos cosas: a que en serio su reputación había llegado al mayor de los alcances o su baile con el príncipe había ahuyentado a los caballeros...
Llevaba un vestido cómodo, color melon, nada llamativo y su cabello suelto, quien la viera pensaría que es todo menos la hija de un Barón, eso la hizo reír.
Había estado cabalgando cerca de una pequeña pradera, no muy lejos de las colonias, por supuesto tenía que estar a tiempo antes de que pensaran que algo le sucedió.
Estaba disfrutando la brisa fresca de la mañana y la pequeña neblina que estaba disipándose poco a poco, pero al parecer no estaba sola, otro caballo se escuchó.—Creo que es hora de irnos Chocolate, arre pequeño... — giro con su caballo, y antes de poder avanzar más el otro jinete apareció enfrente, haciéndola tambalear de su caballo.
—Oh, oh... tranquilo muchacho— ¿en serio le decía tranquilo al animal? ¡casi la tumba! Comenzaba a creer que toparse con malos jinetes era su destino. Maldita mala suerte.
—¡Oiga, de verdad debería tener más cuidado!— Comenzó a gritar Penélope irritada.... —Si no sabe montar no debe... —Se llevó una mano a la boca cuando el otro jinete se volteo a verla, era el príncipe.
—Excelencia...— Perfecto, su día ya había comenzado mal. Él arrugó la frente examinándola, no se veía muy feliz de verla.—¿Qué iba a decir?— le preguntó y ella contuvo el aliento, ella era Penélope y ningún príncipe la iba a intimidar.
—Decía que... si no sabe tener el control de un caballo no debería montar—Dijo ella alzando su vista hasta que chocaron con los ojos azules, fríos como el hielo que la miraban.
—Bueno en realidad yo soy excelente montando, solo que Merlin y yo no pensamos que tendríamos compañía, así que no la vi— dijo mientras acariciaba al caballo de color blanco en el cual se encontraba montado.
—Bueno, mucha gente sale a montar, no deb...— él la interrumpió.
—¿Qué hace aquí sola? no debería estar alejada de su casa señorita Crane— preguntó
Ella se quería reír, estaba acostumbrada a ese tipo de comentarios y también estaba a acostumbrada a no hacerles caso.
—No se preocupe lo hago todas las mañanas, solo que no pensé que tendría inconvenientes esta vez— dijo ella.
—¿Me ha llamado inconveniente?— ella asintió con la cabeza.
En serio él no había tenido una buena mañana y esta era la segunda vez que se la encontraba y de qué manera.
—Espero señorita Crane que nuestros próximos encuentros no sigan de esta manera tan irritante— Ella lo miró como si la acabara de ofender.
—¿A que se refiere? — ella se cruzó de brazos.
—No le bastó con tirarme la limonada encima, ahora estampa su caballo con el mio— Bueno él sabía que no había sido culpa de ella, pero tampoco toda de él.
—¡Pero si usted fue el que salió de la nada! Usted — dijo apuntando con el dedo- se estampo conmigo y Chocolate. — Él la miró divertido, y era extraño que nadie se atreviera a hablarle de esa manera y ella sí. Aún así no se sentía nada molesto, al contrario.
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Una Bridgerton en aprietos
RomanceLa temporada social está por comenzar y está autora esta segura que está vez no habrá un diamante de temporada, si no tres. Hagan sus apuestas, esta autora asegura las ganará todas. Tres señoritas Bridgerton ingresan esta temporada al mercado matrim...