12. Laberinto

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Cuando Benedict volvió a casa de su madre se encontró con la escena más tierna. Su madre acariciando el cabello de su hijo de 23 años mientras reían sobre algo que hablaban, no hizo ningún ruido. Observó el tiempo  suficiente para guardar esa imagen en su cabeza, más tarde la plasmaria y la haría especial en un cuadro.
¿Hace cuanto él no se acercaba por un beso de su madre?, no hay una edad para dejar de recibir mimos y él lo sabía mejor que nadie, cuando era joven las hermanas de su padre lo llenaban de amor, una ola de nostalgia inundó su corazón.

—Benedict— fue la voz de su madre la que lo hizo salir de sus pensamientos, se acercó y le dio un beso en la mejilla y acarició el cabello de su hijo, este se levantó y le sonrió.

—Creo que es hora de irme abuela— Alexander se levantó y le dio un beso en la frente, después se acercó a su padre y le dio un abrazo.

—¿Por qué te vas tan pronto hijo?— preguntó Benedict.

—Alguien tiene que calmar la tormenta— Y se fue con una sonrisa en los labios.

—¿A que se refiere madre?— Violet suspiro... y Benedict se dejó caer en un sillón, abrazandola.

—¿Quieres que te cuente?— Benedict asintió con la cabeza.

🐝

Alexander llegó al club de caballeros, había decidido darle espacio a Oliver. Pero tampoco quería que se emborrachara, no si debían ver a la reina y Dios sabía que él no se iba a sacrificar solo a aquella aventura.

—¿Qué haces aquí?— preguntó Oliver sin alzar la vista de su copa medio llena.

—Eres ridículo—Alexander se dejó caer en la silla de enfrente.

—¿Cómo supiste lo de Lord Chaveroni?— preguntó. —Ah si, soldadito de la guardia real— Estaba de mal humor.

—Lo que dije... no es verdad Oliver— Oliver alzó la vista y lo miró fijamente. —Bueno, si lo fue, pero no de la forma que lo dije, solo fue un rumor, Lord Chaveroni no cometió delito alguno, eso lo dije por ti— Se encogió de hombros mientras se servía una copa.

—¿Qué diablos dices? ¿por mi? ¿Por qué? — Preguntó alzando la voz.

—Mr. Heine, ayer me pidió mi bendición para pedirle matrimonio a Violet, y yo le dije que solo mi padre podía darla y Oliver, yo no puedo espantar a todos los caballeros que pretenden a mi hermana, y menos si son hombres decentes — Oliver lo miraba como si no entendiera.

—¿Qué quieres decir?—La voz le salió rasposa, le quemaba la garganta.

—Lo que quiero decir es que, dejes de ser idiota y seas responsable de tus sentimientos— Oliver golpeo la mesa.

—No sabes lo que dices Alexander, no tienes idea ¿alguna vez has estado enamorado?, no entiendes la vida... No tienes idea de nada— Estaba molesto y ni siquiera notó que se declaró enamorado frente a su primo, igual este no dijo nada.

—Solo se que mi hermana es la mejor mujer y si Mr. Heine le propone matrimonio ella dirá que si.
Yo ya no podre ayudarte esta vez, así que si tu no sabes lo que sientes dejala tranquila—  Eso último le salió con un filo de voz, Alexander bebió lo que quedaba de su copa y Oliver lo miró con sus ojos azules.

—Jamás te pedí que me ayudaras a nada, si se quiere casar con Mr. Heine o con Lord Chaveroni que lo haga—  Oliver bebió lo que quedaba en su copa.

—Si lo hace no te arrepientas después— Oliver le regalo una mirada fría.

Alexander lo miro alejarse y Oliver juro haberlo escuchado murmurar "idiota".

Una Bridgerton en aprietosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora