Capítulo 35

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Con el pasar de los días, mi madre y yo no parábamos de escuchar comentarios pervertidos e indecentes por parte de nuestro círculo de amigos.

En una ocasión a Paula le colocaron imágenes mías desnudas, con notas de pervertidos tanto en su carro como en la puerta de su oficina. Muchos en el edificio de la alcaldía pedían su retiro a causa de la mala imagen que estaba dando.

Y, a mí en el colegio, las miradas, las risas y los malos comentarios no paraban de llegarme. Y, de Natalia, aún no sabía de su existencia. No sé si lo mencioné, pero, lo único que supe de ella gracias a Selma, era que, sus padres tomaron la opción de que estudiara en casa. Que está castigada y que, quizás a finales del mes o del año, la mandarán a un hospital psiquiátrico para que puedan ayudarla en su recuperación de la "enfermedad" que tiene.

Algunas veces recibía humillaciones por parte de Anthony, quien, al verme por los pasillos, me gritaba cosas sexuales y se burlaba de mi embarazo y mi futuro. En una ocasión me lanzó una botella en la cabeza y al hacerlo, Eliot le dio su merecido. Lo tomó, lo tiró al piso, para luego darle un buen y merecido golpe en su rostro.

En el salón, las gemelas parecían tener esa intensión de hablarme. No entendía por qué, si las muy estúpidas habían tomado su decisión de alejarse de mí, sin embargo, agradecía de que, cada vez que entraban al salón por la mañana, me preguntaran como me sentía y que si me sentía preparada para los exámenes finales.

Claro que estaba preparada. Estudiaba hasta tarde para poder adelantar algunos exámenes y así salir de inmediato de ese infierno. En las clases participaba activamente. Daba mis respuestas siempre correctas para ganar puntos. Los profesores me felicitaban y muchos de ellos también me preguntaban cómo me sentía. Realmente esas preguntas, me hacían sentir con una pisca de alegría.

–aquí viene la estúpida que perdió su futuro por andar de vagina loca. –gritó Daniel cuando entré al salón. Muchos se rieron. Principalmente Gwen y su estúpido grupo.

–también es la actriz porno del momento. –agregó Gwen. –de haber sabido que Anthony la tiene grande, créeme que hace mucho me hubiese acostado con él.

–¡Angelina! ¿Cuánto cobras por tener sexo y para que me la chupes? –me preguntó un chico de manera indecoroso al mirarme de pies a cabeza, al morder sus labios. A él, nunca lo había visto, pero, de aseguro era de una clase diferente.

–¡que lindas tetas tienes! –agregó uno de sus amigos que se encontraba a un lado. –le tomé captura a tus tetas para verlas a cada rato. ¿Me dejas chuparlas?

–¡YA BASTA! ¡DEJENME EN PAZ IMBECILES! –vociferé sumamente enojada. Derramando mis lágrimas, las cuales no quería que nadie viera. –el día que les pase lo mismo, sentirán que estar en un salón con unos inadaptados y estúpidos...

No pude ni terminar mi frase ya que, una de las chicas del grupito de Gwen, soltó un quejido al decir el nombre de Anthony. Todos empezaron a reírse y de repente, sentí un mareo. Me senté rápidamente y la chica, quien el día de mi cumpleaños me regaló creo que, unos chocolates, se acercó a mí. Hablamos un rato y en un choque de sinceridad, le dije que nunca me aprendí su nombre.

–me llamo Liz. –soltó una sonrisa y arregló sus gafas. Antes ni la miraba, me daba tan igual, y ahora, teniéndola de frente, veo que es una chica muy guapa. –te deseo toda la suerte del mundo para que puedas sacar buenas calificaciones. También para que, luches por tus sueños y alcances cada una de tus metas. –empezó a decir haciendo que mis ojos se humedecieran. ¿Cómo es posible que me esté diciendo esto si nunca fui buena con ella? –Angelina, eres muy inteligente, siempre lo has demostrado. Y sé que, darás lo mejor de ti para tener y darle un buen futuro a esa hermosa criatura que poco a poco crece. –finalizó con una sonrisa. Acto seguido, se levantó y me dio un fuerte abrazo.

Madre adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora