Capítulo 84

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–¿lo tienes? –preguntó Waldo a Mauricio al tener su arma arriba.

–lo tengo. –respondió con una media sonrisa.

Hace unos minutos atrás...

Cuando Mauricio se encontraba en el garaje buscando su arma en su escondite. Dentro encontró una nota por parte de Waldo, quien era el único que sabía de ese escondite.

–Discúlpame Mauricio, pero en este desespero que siento, debo llevarme a Faith. Ellos se me adelantaron. Ahora yo tendré que improvisar con mi equipo lo que está sucediendo en la mansión. Debo capturar no solo a dos personas que tienen doble identidad, también debo salvar a mi hijo, su esposa y a mis nietos. Ahora, te pido que te coloques este artefacto policial que sirve para grabar todo. Al ponértelo te estarán rastreando y estarán al pendiente de todo lo que digan para guardarlo como evidencia por algunos actos de corrupción por parte del señor Williams. Espero que todos puedan perdonarme algún día. Te estaré cuidando.

Devuelta a la mansión.

–¿Qué es todo esto? –preguntó Paula.

–¿A caso quieren jugar con fuego? O Más bien ¿Quieren que coloque una bomba en su ratonera para que todos mueran? –gritó Raúl al sentirse enfadado por todo lo que estaba sucediendo. Sentía como si ya no aguantaba más tenerlos a todos en su casa. Incluyendo a su hijo Mauricio.

–¡papá! ¡papá! Ya no digas nada. –pidió Triana al entender lo que le dijo Waldo a Mauricio.

–sí, ya no digan nada porque todo está grabado. –comentó Mauricio al sostener una sonrisa. –hay suficiente evidencia para que todos sean investigados.

–y no solo eso, Raúl, afuera te están esperando unos seis hombres para conducirte a la cárcel, por fraude y por... –Waldo se detuvo antes de terminar su frase. Apretó su mandíbula y tragó con dificultad. –y por ser sospechoso del homicidio al señor Farit Marciaga.

–¡qué! ¡Raúl cómo te atreviste! –gritó Paula entre lágrimas al darle unos golpes en su pecho. Él los recibía, hasta que cabreado, la tomó de sus manos y la miró con rabia, para luego empujarla con todas sus fuerzas.

Y, por otro lado, alguien más quería darle más que unos golpes en su pecho. Angelina, al escuchar esas palabras, su boca empezó a temblar, sus manos las tenía cerrada con mucha fuerza que hasta sus uñas se clavaron en la palma, su respiración empezó a soltarla con fuerza. Su mente estaba nublada y tenía sus ojos llenos de ira puestos en Raúl.

Los chicos le pedían que se tranquilizara, que dejara a un lado sus pensamientos maliciosos a un lado, que en serio por favor se tranquilizara. Pero, ya no podía reaccionar.

Soltó un fuerte grito entre lágrimas y corrió hacia él teniendo en sus manos una navaja que ni los chicos sabían de donde había sacado, Waldo y los demás fueron tras ella, para tomarla de sus brazos y hasta de sus piernas, tan solo que, alcanzó hacerle una herida nada grave en su pecho, pero si una en su rostro, que venía desde su oreja hasta quijada la cual no paraba de sangrar.

Raúl gritó adolorido y empezó a correr hasta la puerta.

–y espero que todos sepan que Triana es como la mujer de Raúl. No tiene dieciocho años como ha dicho. Es otra persona que ha engañado a muchos con su verdadera identidad. –confesó Waldo al ver a Triana tan tranquila.

Paula seguía en el piso con una mirada ida. No podía creer nada de lo que estaba sucediendo. Solo en una ocasión se hizo la idea de que ambos tramaban algo, tan solo que, Raúl la convenció de que no pasaba nada y que solo la deseaba a ella.

De repente, Waldo y los chicos cubrieron a Angelina con unas armas para que ella pudiera agarrar a Faith. Paula solo la miró con tristeza, como si le estuviera pidiendo a gritos que la perdonara, pero Angelina solo la miró con rabia.

Madre adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora