Capítulo 65

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Angelina.

Me encontraba en la sala con Mauricio viendo las caricaturas que a Yael le gusta ver. Hasta que, salté del susto a sentir una fuerte patada por parte de mi bebé. Sonreí y empecé a sobar mi panza. Y nuevamente volvió a dar una fuerte patada.

–¿qué está pasando ahí adentro, mi amor? –susurré con ternura.

–¿se está moviendo mucho? –me preguntó mi querido hermano al sentarse rápidamente a mi lado y así sobar mi panza. Cada vez que el bebé se movía, él venía a sentir sus movimientos porque le fascinaba. Además, sé que también lo hacía porque no pudo vivir de esa experiencia con su hijo.

–¿tu bebé se está moviendo, tía Ange?

–sí mi amor. ¿Quieres sentir sus movimientos?

Yael rápidamente se levantó del piso y también se sentó a mi lado. Empezó a sobar mi panza con delicada y cuando sintió un fuerte movimiento se asustó. Me miró sorprendido.

–papá...

–dime hijo.

–¿cómo se mueve ahí adentro? –preguntó confundido al bajarse para entonces mirar debajo de mi pijama.

Mauricio y yo nos reímos a carcajadas mientras le decíamos a Yael que por ahí no podría ver al bebé. Amy y su madre no paraban de reírse.

De repente, entraron Dylan y Theo con unos regalos en mano.

–tío Theo, tío Dylan. Mi prima se ha estado moviendo mucho. Creo que ya quiere jugar conmigo. Por cierto, ¿Ustedes saben cómo ella llegó ahí?

Theo y Dylan me miran, luego miran a Mauricio y por último a Amy. Ambos quedaron sin decir alguna palabra.

–bueno, nosotros los hombres, emmm. Tenemos algo con lo que podemos, pues, transmitir mucho amor a una mujer. Y, al usarlo en ellas, emmm. –Theo nos empezó a mirar pidiendo ayuda. Yo solo me reí. Quería que terminara lo que tenía en mente. –mira, cuando un hombre y una mujer se unen, pasan cosas muy increíbles. Ambos se dan tanto amor que es de ahí en donde crece un bello bebé.

–sigo sin entender. ¿Cómo mi mamá y mi papá se dieron tanto amor para que yo estuviera, así como mi prima?

Mauricio soltó una risa. –el amor que nos dimos tu mamá y yo, uff, fue exquisito hijo mío. ¿Por qué tú crees que saliste así de guapo? –comentó con una gran sonrisa.

–¿y cómo fue eso papá?

–sí, explica mejor eso tú Mau. –dijo Theo al colocar dos bolsas de regalos en el sillón.

–creo que, en vez de esperar una respuesta, es mejor que le lleves estos regalos a tu tía. –comunicó con una sonrisa. Pero, esa sonrisa no me convencía. Estudié su rostro y parecía que algo no andaba bien. ¿Será acerca los problemas que ha mencionado él y su madre? ¿por qué aún no nos hablan de eso?

–aquí tienes tía.

–gracias mi amor.

–hija ¿no te han dicho que sexo es? –preguntó la señora Belén cambiando de tema para que Yael se enfocara en otro tema.

–cierto, ya tienes siete meses y nada. –agregó Amy al darle un sorbo a su jugo.

–la única que sabe es la señora Erika, mi ginecóloga. –comenté al colocarme de pies para buscar mi celular ya que no paraba de sonar. Theo, al darse cuenta que iba por él, lo tomó, vio rápidamente que era Eliot y me dio una mirada seria. –continué. –le dije que no quería saberlo hasta el día de mi parto, pero me arrepentí así que, para la próxima cita lo sabremos. –finalicé de hablar y se emocionaron.

Madre adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora