Capítulo 86

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Angelina.

Segunda semana del mes de marzo del 2017.

Nuevamente, en un primer día de clases, estaba de cumpleaños. En esta ocasión no recibí esos regalos finos que recibí por parte de mis amigas cuando tenía quince. En esta ocasión, a mis diecisiete, recibí regalos de los cuales me sentí más que encantada. Y más porque valoraba el esfuerzo que hicieron para darme un detalle. Era hermoso todo.

El dulce que preparó Amy a escondidas, un vestido por parte de Mauricio que deseaba desde el inicio de mi embarazo, pero que no mandé a pedir porque que no era momento de pensar en eso. Un abrigo que compraron Eliot y Natalia que él mandó desde Nueva York. Más ropa y hasta zapatos por parte de Dylan, la señora Gisel y Waldo.

Hasta recibí un regalo por parte de la señora Teresa, lo cual fue una carta en donde decía que en cuestión de meses empezaría a odiar y a decepcionarme de Theo, que ambos nos alejaríamos y que el próximo año cuando nos graduáramos tomaríamos caminos diferentes.

La ignoré y escondí la carta para que ni Theo y ni nadie en la casa la encontraran. Y finalmente, una decoración con globos, flores y dulces que mandó pedir Theo. En tal arreglo, había un relicario ovalado de plata, el cual cuando abrí había una pequeña foto de Faith y del otro lado una foto de los tres juntos. Ese detalle solo me hizo pensar que acepta a mi niña y que, quizás, está dispuesto a todo con nosotras. Me hacía sentir confiada en el amor que ambos sentimos.

Al agradecerle a todos, terminé mi desayuno y de alistarme. Me despedí de mi hija para dejarla a cargo de Amy y así irme al colegio, en donde en esta ocasión, ya no tendría módulos. Ahora tenía que ir presencial durante toda la jornada, con la cabeza en alto como me dijo la directora y si alguien me lanzaba algún comentario, simplemente ignorarlo.

–ahora que están ambas en este colegio. ¿Qué se siente no estar en un colegio de ricos? –nos preguntó Theo cuando estábamos caminando hacia la entrada.

Yo me sentía muy nerviosa, así como me pasó el año anterior. Algunas miradas recaían en mí, dándome entender que aún mi pasado estaba vivo al lugar que fuera. Hasta que entendí que, por una parte, solo me miraban por verme de mano agarrada con Theo, a quien le apreté la mano. Él entendió, me sonrió y me besó para calmarme.

–sabes, desde el año pasado se ha sentido muy diferente. Siento que demoraré en acostumbrarme. –respondió Natalia teniendo un brazo cruzado con uno de Dylan.

–da asco. No veo a chicos sexys. –dije en broma y los chicos se rieron.

–frente a ti tienes a uno, lindura. –declaró Theo guiñando su ojo, colocándose frente a nosotros y así deteniendo nuestro paso. Hizo como cinco poses sexys y hasta llamó la atención de varias chicas.

–aquí tienen a otro. –agregó Dylan y también haciendo las poses que había hecho Theo.

Las chicas empezaron a decir cumplidos. Los cuatro nos estábamos riendo por como todas habían reaccionado. Pues, las entendía, cualquier chica se puede volver loca con ambos.

–¿qué se supone que están haciendo? –escuché esa voz tan varonil que estremece, a centímetros de mi oído y hasta sentí un rico aroma de menta y un perfume que olía tan rico. –por cierto. Hola Angelina. Feliz cumpleaños. –besó mi mejilla. –hola Natalia. –también besó su mejilla.

Mantuve mi mirada en Theo y estaba tan serio. Él me miró y aproveché para sonreírle.

–hola Oliver. –saludó Theo estirando su mano. Oliver estrechó su mano y de seguido también saludó a Dylan.

–vi que quedamos juntos nuevamente, pero ahora con Natalia.

–sí, así es. –dijo Natalia con una sonrisa. –espero que podamos portarnos bien. –agregó como una indirecta para Oliver. Le di un leve empujón con mi codo.

Madre adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora