Dylan
Sábado.
Como de costumbre iba llegando a la casa de los chicos. Claro, un sábado, ya que es así como mi mamá me lo permite. Ya que, por las clases, no quiere que me desconcentre y menos con lo del equipo de natación, aunque, con respecto a eso, quiero dejar ese pasatiempo atrás. Ese es un tema el cual he dejado a un lado. Si mi padre se enterara, sé que se decepcionaría y me obligaría en seguir para convertirme en uno de los mejores nadadores, en cambio mi madre, sé que me entendería y me permitiría en explorar el mundo juvenil.
Cuando voy llegando, noto que se encuentra Theo peleando con un chico. Los amigos del otro chico no hacen nada, solo lo ven y los graban riéndose como si todo lo que estuvieran viendo fuera un acto de comedia.
–¡hey! ¡hey! ¡Dejen a mi amigo en paz! –me bajé del auto apresurado, al darle un empujón al matón. Theo se levanta rápidamente. Su nariz está a todo sangrar y cuando escupe, solo salió un montón de sangre. Se puso en posición para pelear, yo hice lo mismo. Los otros chicos que estaban riéndose, también se pusieron en posición.
Uno de ellos se vino contra mí y lo esquivé, pero de lo que no me esperaba era que el otro chico me esperaba con un fuerte golpe en mi pómulo.
¡Mierda! ¡dos contra uno! Esto es algo imposible. –pensé.
De repente, cuando uno de ellos me va a soltar otro golpe, reaccioné primero. Le pegué en su cara y al otro quien venía a patearme, tomé su pie y lo patee en su muslo para luego jalarlo y así dejarlo tumbado en el suelo. ¡ahora sí! Somos uno contra uno.
Esquivaba, pero al mismo tiempo la mano del chico rozaba mi rostro o mi brazo. Luego, el chico me lanzó un fuerte golpe por haberme desconcentrado por unos milisegundos para ver si Theo estaba bien. Caí y cuando intento no cerrar mis ojos, noto que Theo no se ve nada bien. Está pálido, ensangrentado y se ve muy débil. Voy a tener que llamar a nuestro peleador.
–¡MAURICIO! ¡VEN QUE SE VAN A MATAR! ¡MAURICIO CARAJO SAL RÁPIDO! –grité como si estuviera dando mi último aliento. Sosteniéndome del carro de los matones. El cual estaba mal estacionado y que había daño la cera donde se camina, hasta también había daño unas flores de la señora Teresa.
–¡QUÉ CARAJOS TE PASA! –gritó frente al chico, el cual era menor de edad y del cual mi querido amigo no podría tocar. El chico de inmediato se metió al auto y pidió disculpa al ver el tamaño y lo voluptuoso que era Mauricio. Llega conmigo Dalila y me levanta con Mauricio.
–¡NO ENTIENDO PORQUE QUIERES A LA PERRA DE SAMMY! ¡ELLA ES SOLO MÍA! Y SI ME ENTERO QUE TE LA COGISTE, VERÁS DE LO QUE SOY CAPAS! –vociferó el chico, del cual no se había salvado de unos buenos golpes.
–¡NO LE DIGAS PERRA! ¡ELLA Y NINGUNA MUJER MERECEN SER LLAMADAS ASÍ! Y NO, NO ME LA COGÍ, ESA NOCHE SOLO ESTUVE EN SU CASA ACOMPAÑANDOLA YA QUE SU QUERIDO NOVIO PREFIRIÓ IRSE DE FIESTA ANTES QUE QUEDARSE CON ELLA AL ENTERARSE QUE SU ABUELO HABÍA FALLECIDO. –gritó Theo como si sintiera una rabia inmensa. No era nada extraño, pues con el tiempo que llevo conociendo a Theo, él es un chico misterioso, frío, pero de un enorme corazón.
–hombre que trate a una mujer como un objeto es un hombre que no vale la pena y que merecería ser castigado. –comenzó a agregar al tomar al chico por el cuello de la camisa. –hombre que trate como mierda a una mujer no merece nacer, solo merece ser tratado de la manera en que te he estado tratando.
–vete al carajo!
–está bien, me voy, pero espero que me pagues el boleto de avión en primera clase para irme cómodamente al carajo. –escupió a Theo.
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Madre adolescente
TienerfictieLa vida de Angelina era muy lujosa. Tanto, que trataba a los demás como personas insignificantes por no estar a su nivel. Su madre era la alcaldesa y su padre, fallecido, era dueño de una compañía de moda. Hasta que, fotos y vídeos íntimos fueron f...