Capítulo 64

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Después de la discusión que tuvo Theo con su madre, pasaron dos días en los que ni su sombra se veía en su propia casa. Luego de eso, cambió un poco su actitud. Ya no ese chico jocoso del cual muchos disfrutan compartir. Ahora era todo lo contrario. Siempre evitaba cualquier contacto con Angelina. Y si la tenía frente a él, hacía como si ella no existiera. Muy en el fondo sabía que no se lo merecía y lo hacía sentir mal, sin embargo, se sentía enojado con ella.

Theo, podía hablar con Mauricio, Dylan, Amy, Eliot y con cualquier otra persona, de lo más normal, pero si veía a Angelina, él ponía su cara de serio y poco a poco dejaba de hablar o inventaba alguna excusa para poder irse. Aunque, la excusa más usada, era la más cierta. De cuando decía que tenía que hacer sus tareas para luego ir a trabajar con Mauricio al supermercado.

Dylan, solía ir con ellos, pues, siempre decía que quería mantener su mente ocupada en algo y disfrutar de su vida con las nuevas personas que ha conocido, para así no pensar en un serio problema que está pasando junto a su madre. ¿Cuál era el problema? Nadie lo sabía. Siempre decía, y también su madre, que cuando lo solucionarían, lo comentarían con todos y si era posible, harían hasta una gran pachanga para celebrarle a la vida.

Dylan y su madre, siempre tenían un juego de palabras. Y sea lo que fuera, todos mostraron su apoyo.

Durante esos días, Dylan, Mauricio y Theo, se volvían más unidos.

Theo solía invitar a Dylan a algunas fiestas o salidas con sus amigos, dejando así, a un lado, a Angelina. Quien, se empezó a sentir sola. Lloraba en el baño. Y cuando salía, era como si su mundo se hubiese arreglado y continuaba haciendo sus tareas y estudiando para sus exámenes finales del año. Ya faltaba poco para que terminara su tercer año. Y, eso la emocionaba.

Quien solía hacerle compañía era la señora Belén. Y por las noches era Amy y Yael. Eliot solía ir a acompañarla porque quería estar al pendiente de ella. Y también porque Natalia se lo pedía. Aunque igual, él se sentía fascinado de estar con ella. Ambos solían caminar juntos por toda la cuadra. Reían y conversaban. Cuando les tocaba pasar frente a Theo, ella lo ignoraba también. Aplicó su propio juego en él. Y él, al notarlo, simplemente sintió celos de Eliot.

–siento que me estás usando. –comentó Eliot reído, para Angelina, un día que él la estaba acompañando en su habitación. Ella no quería salir, ya que Theo se encontraba en la sala pasando el rato con Mauricio, Amy y Dylan.

No quería ni verlo. Simplemente, quería hacerle sentir lo que ella había estado sintiendo por haberse alejado sin decir ni una palabra. Siempre pensaba y le decía a su querido amigo que se sentía como estúpida por haberse ilusionado en pensar que tendría una amistad con él.

–no, no te estoy utilizando. No digas eso. –respondió de una manera seria, pero ver la mirada sospechosa de Eliot en ella la hizo reír a carcajadas.

–me gusta este tipo de juegos. –comentó con una sonrisa al colocarse de pies. –Vamos, levántate. Vamos a darle celos al niñito ese.

Angelina hizo caso. A los minutos, ambos salieron de la habitación muy bien vestidos. Todos voltearon a verla, incluyendo a Theo, a quien se le escapó una sonrisa al verla con un vestido blanco, su cabello alisado y algo maquillada.

–Mauricio, con tu permiso, llevaré a una Angelina a una cita que habíamos planeado.

Él solo lo miró con su entrecejo unido. Era algo extraño que Angelina le naciera las ganas de tener una cita con Eliot. –me imagino que va Natalia con ustedes.

–no, solo nosotros. Solitos. –respondió Eliot con una sonrisa. Le encantaba ver, por medio de un espejo que se encontraba frente a él, los gestos que hacía Theo.

Madre adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora