Capítulo 87

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Angelina

Ese mismo día por la tarde, luego de que se fueran las gemelas. Me encontraba en el carro de Mauricio al volante. Él estaba de copiloto porque me estaba enseñando a manejar. Todos estaban afuera dándome apoyo y escuchar lo que decían me causaba mucha gracia. De repente, no pude dar muy bien la vuelta en la entrada de la calle que conduce a nuestra casa y en vez de frenar, aceleré, así chocando el carro de mi hermano. Lo miré y él estaba mirando hacia al frente muy serio. Soltó un aire pesado que estaba conteniendo y me miró.

–no es mi culpa, es culpa del poste de luz por estar ahí.

–sí, el poste de luz que lleva quien sabe cuántos años ahí tuvo la culpa.

Seguidamente, llegaron todos a ver el daño del carro. Mauricio y yo nos bajamos y cuando vimos el carro en la parte trasera, nos sorprendimos. Nunca pensé que sería un daño tan grande. Tragué con dificultad al ver la seriedad de mi hermano y al volver a ver el carro. Comencé a sentirme tan mal que me fui corriendo hasta la casa, la cual no estaba nada de lejos.

Por la noche, Theo se había pasado a mi habitación a eso de las once de la noche. Ambos estábamos en mi cama mientras que Faith dormía en su cuna. Está tan acostumbrada en su comodidad que a veces es muy difícil que duerma en mi cama.

–te amo Theo. No sé de qué manera agradecerte todo el esfuerzo que me has brindado.

–con tan solo decirme que me amas es suficiente y también un beso.

Sonreí y me fui contra él para darle un gran beso. Él respondió obviamente al baile lleno de amor que contenían nuestros labios.

–no sé de qué manera agradecerte de que estés a mi lado y me des tu cariño. –ahora dijo él luego de soltar sus labios con los míos para luego abrazarme contra su pecho.

Sentí una gran comodidad al estar encima de su pecho. Escuché el latido de corazón y encontré calma. Cerré mis ojos para disfrutar de su compañía, de repente abrí mis ojos al recordar a la chica que la señora Teresa permitió que entrara a su casa.

Pensé en mencionárselo a Theo, pero de tan solo pensarlo me daba inseguridad de lo que me diría. Hasta que me decidí en ese momento de hacerlo, sin embargo, ya él se había quedado dormido. Sí, Theo es de esas personas que, si los invitas a ver una película, a los minutos queda completamente dormido.

Por lo tanto, volví a recostarme encima de su pecho, lo besé y cerré mis ojos para entonces también dormir, aunque se me hizo algo imposible por tan solo pensar qué plan malévolo estaría ideando la señora Teresa. Pues, es obvio que desde que llegamos no ha querido nada que ver conmigo, solo me impresionó de aquella vez cuando rompí fuente, y recordando ese acontecimiento solo me hizo pensar que, en realidad, su corazón no es tan oscuro, por eso me propuse en dar un intento para que me aceptara en su vida y aceptara que yo seré su futura nuera.


Junio.

Llegó exactamente el mes y la fecha en que llegamos por primera vez al vecindario y a nuestra casa, que se convirtió en un hogar, que poco a poco fue adquiriendo una gran armonía y alegría. Este hogar el cual lleva siete apellidos: Marciaga, Santiago, García, Williams, Lewis, Holmes y Ávila, tal apellido es por parte de Waldo y de su hijo claro está, ya que también lo hemos integrado a nuestra familia.

Al parecer pidió un traslado para la ciudad y así reconstruir una nueva vida junto a su esposa e hijos, pero además de reconstruir una nueva vida, principalmente lo hacía por su padre y por las ansias de conocer aún más a Dylan y a su madre. Ambos, Luis y Tatiana, comentaron que en Londres se sentían muy solos a pesar de que hayan hecho amigos, pues en ese lugar donde ambos crecieron, están algunos de sus amigos que conocieron tanto en la secundaria, como en la universidad.

Madre adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora