Capítulo 50

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Angelina.


Inició septiembre.

Dos meses han pasado y Liv y yo hemos estado más unidas.

Nos contamos de todo. Más yo que ella, ya que quiere saber de mi pasado y de ciertos traumas que ella cree que tengo, por las discusiones con mi madre, por la mala experiencia que tuve con Raúl cuando me vio en ropa interior, las malas jugadas que he tenido con Triana y de la manera en que me arruinó la vida al subir una gran parte de mi privacidad. Y, la que más me duele, la muerte de mi padre. El cariño y el amor que siempre me daba y que me hace falta.

También le comenté ciertas cosas de mi hermano. Tan solo que no había podido mostrarle una foto ya que había formateado mi celular para borrar todo mi pasado. Ella me recomendó eso y cuando lo hice fue como si sintiera menos peso.

Borré todas las fotos "familiares", que tenía con Raúl, su hija la testadura y de Paula. Borré todas las fotos que tenía de Anthony y de algunos de sus amigos y con sus padres.

Lo único que pasé a mi computadora, fueron mis fotos con Mauricio. De cuando nos empezamos a conocer y de las salidas entre hermanos que solíamos tener. También las de Dylan y su madre y la más reciente de la fiesta que tuvimos. En algunas salía Theo desprevenido. Sus ojos azules, profundos y misteriosos me hacían llamar mucho la atención. Solo hacía que me enfocara en él y en nadie más. Todo en él parece ser perfecto. 

Pero bueno, lo más seguro es que no quiere una oportunidad conmigo, por lo de mi embarazo y por la manera en que me humillaron en las redes por mis fotografías. E igual, no quiero a nadie a mi lado. Quiero encontrar paz, no quiero drama. Quiero recuperar mis lágrimas de dolor, borrarlas por completo. Quiero encontrar mi felicidad y el valor que me merezco como mujer.

Simplemente, no quiero y no necesito a ningún chico en este momento y quién sabe si también más adelante. Ahora solo quiero enfocarme en mi realidad, enfocarme en mis estudios, mis metas y enfocarme en lo principal que es mi bebé.

Sé que no necesito a ningún chico a mi lado para ser feliz, no necesito a un chico que me complemente, así como suelen decir algunas chicas. Ya yo me siento completa. Ya yo siento que la felicidad la puedo encontrar en los ánimos que siento cada día de querer luchar.

Liv, ha sido una buena persona. Por una parte, siento que ella me ha estado guiando en mi camino. Ella suele ser jocosa y eso me lo contagia.

Ella ha tenido que luchar casi sola, pues, el padre de su hijo la abandonó y la dejó a la suerte.

Algo para agregar, es que, una tarde cuando iba saliendo de mi casa, por fin volví a ver a Theo. Desde aquella vez que lo escuché discutiendo con su madre, no lo volví a ver y ni a escuchar. Mauricio en ciertas ocasiones me había comentado que lo había visto con una chica pasear por toda la cuadra. Él solía verse feliz y otras veces triste. Solo en una ocasión Mauricio se atrevió en hablarle. Ambos estaban en el parque que hay cerca de la casa. Ambos estaban a oscuras en los columpios, conversando de lo complicado que suele ser el amor. En sí, le dijo que su bipolaridad se debía por una chica. Solo eso.

Al llegar al apartamento de Amy, a los que veo primero son a su guapo hijo y a su madre, quien me recibe con una sonrisa. –¿cómo estás mi niña?

–apenada. –respondí al bajar mi cabeza por unos segundos.

–¿por qué? No entiendo.

–es por lo que sucedió con Liv aquella vez que la traté mal. Fui una tonta al decirle esas palabras. De verdad que me disculpo de todo corazón con usted. Sé que fue una falta de respeto y me siento muy arrepentida.

Madre adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora