Capítulo 63

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Tiana.

Me encontraba caminando por los pasillos del nuevo colegio en el que asiste mi querida hermanita. Está horrible. Ha caído tan bajo en llegar a una pocilga como esta en donde el uniforme es horrendo, las pinturas del colegio no combinan, las baldosas parecen ser de las más baratas. Pienso que son baratas porque he visto muchas de esas rotas y con colores opacos. ¡Asco de lugar! Nada como en el que íbamos juntas. En donde es dos veces este lugar, con tableros modernos, computadoras, ventanas y los baños y salones que son espectaculares.

–disculpe, señorita. ¿Busca a alguien? Por lo que noto usted no es de esta institución. –se me acercó una señora con mirada seria.

–¿desde cuando has visto que las reinas como yo, de clase alta podrían pertenecer a esta institución?

–¿reina? Con esa actitud dudo que puedas ser una reina. Ahora, te pido con gentileza que te vayas de inmediato de este colegio.

–lo siento querida, pero no me iré. Soy una de las hijas de la alcaldesa Paula Pérez y vengo aquí a buscar a mi hermana. Ahora, si no quieres perder tu trabajo, es mejor que te hagas a un lado o me ayudes a encontrar su salón.

La señora, que al parecer es la de disciplina, o sea la que se encarga también de vigilar los pasillos para que todos los estudiantes estén en sus salones, solo permaneció en silencio mirándome con una rabia profunda la cual no podía liberar. –su salón es el que está a lado del área de los trofeos. Segundo piso. –argumentó de mala ganas después de unos segundos en silencio.

–gracias empleada. –agradecí fingiendo gentileza y dando una leve sonrisa malvada.

Llegué al lugar y sin tocar la puerta. Apropiado de mí. No quería andar con rodeos, solo quería darme cuenta de ciertas cosas.

–hola chicos, ¿En este salón se encuentra la estudiante Angelina Marciaga?

–disculpe. ¿Con qué atrevimiento se atreve a interrumpir mi clase? Le daré su respuesta cuando vuelva hacer lo mismo, pero al tocar la puerta y saludando como se debe hacer. Educadamente.

Pasé al salón mirando con seriedad a aquella profesora. –¿Quién se cree usted? Ya estoy grande como para saber lo que es ser educado. No necesito que una desconocida me lo enseñe.

–entonces, si lo sabe, haga lo que le pedí. Es más, salga de inmediato de este salón. –la vieja me tomó de mi mano, pero yo me le solté.

–no me toque señora. Y es mejor que me coopere así le cumpliré su deseo de irme de inmediato de esta pocilga.

La profesora solo se rio y se devolvió lentamente a su escritorio. Cerró su libreta en donde además de tener las calificaciones de los estudiantes, también tenía la lista de quienes daban clases en tal salón.

–¿quiere perder su trabajo? Además, mire mi uniforme. Asisto a uno de los mejores colegios de todo el país. Estamos en el puesto número tres.

–¿y qué ganas con decirme eso?

Le sonreí. –este es el salón de mi querida hermana Angelina Marciaga. Hijas de la alcaldesa.

–nunca hemos escuchado de ella. –contestó un chico que se encontraba de primera fila. Parecía un nerd, pero de los guapos y vírgenes.

–tampoco hemos recibido a una compañera nueva y menos a este tiempo de finales del año. –agregó ahora una chica que se encontraba en los últimos puestos.

–vale, al parecer se olvidaron de ella. –hago una pausa para sacar una foto de mi hermanita. Y así cumplir con uno de mis objetivos. –les refrescaré la mente. Ella es Angelina Marciaga, nos comentaron que ella fue transferida a este colegio. Miren bien su rostro. Ella fue la chica popular y del momento en mi colegio luego de que sus fotos y videos sexuales fueran subidos a la internet. Y que también quedara embarazada a sus quince añitos, de un chico de un apellido muy importante, Williams, el cual luego la abandonó y cambió por otras chicas.

Madre adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora