Narra Harper
-Si no fueras actor, ¿que serías?- le pregunté y comí una cucharada de pastel de limón.
Estábamos sentados adentro contra una de las ventanas de la cafetería. Decidimos quedarnos ahí, disfrutando del silencio de fondo y el sonido de solo nuestras voces.
Y ese beso, ese beso que no salía por un segundo de mi cabeza y que sentía que si empezaba a hablar del tema no iba a parar jamás, porque había mil palabras para describirlo y a la vez ninguna.
No había pasado hacia mucho, al contrario. Hacía tanto que no me sentía así que no quería que terminara jamás. De hecho, ni siquiera sé si alguna vez me sentí de esa manera.
-Mmm...- pensó un segundo- La verdad, no sé- respondió finalmente- Nunca lo pensé.
-¿No te interesa algo más que la actuación?- inquirí.
-Por el momento, no- agarró una cucharada de pastel y yo hice lo mismo mientras asentía- ¿A ti te interesa algo más?- agregó y suspiré.
-Nop- contesté- Y ese es un serio problema.
-¿Por qué?
-Necesito estudiar algo que no sea actuación y... no tengo la menor idea de que- expliqué- Odio tener que elegir una segunda opción. Es muy injusto.
-Todo se te acomodará, lo prometo- me dijo en un tono que encontré demasiado tierno y sonreí- Disfruta tu adolescencia mientras la tengas fuera del ojo de cualquier persona que sepa usar internet.
-¿Tan malo es?- esa era una duda que siempre tuve y un miedo que aún palmitaba en mi cabeza.
-No es malo- contestó- Es... difícil. Tienes que aprender a controlar tus emociones un poco y saber que eres suficiente. Y que no le tienes que probar a nadie nada.
-Es un muy buen consejo- dije sincera.
-No es un consejo, es la realidad- respondió encogiéndose de hombros- Pero me alegra que te haya ayudado- continuó sonriendo.
Una vez que terminamos el pastel, ya era casi de noche, así que Jace ofreció llevarme a casa.
Íbamos a salir de la cafetería pero lo detuve antes de que abriera la puerta tomándolo de la mano.
Él voltió y me quedé mirando el lindo agarre que generé.
-¿Sabes algo?- pregunté divertida y lo miré.
-¿Qué?- soltó una risa que yo percibí como nerviosa.
-Solía llamarte vanilla machiatto- confesé.
Él sonrió.
-¿Solías?
-Después supe tu nombre.
-Sigue llamándome así, me gusta- contestó. Me soltó la mano y puso ambas en mi cintura mientras se acercaba más a mi- Yo empecé a decirte cappuccino cuando me dijiste que era lo que tomabas.
Ahora la que sonreía era yo. No podía creer que habíamos tenido la misma idea.
Puse mis manos en sus hombros y lo miré, así, de cerca: su pelo rubio, la linda nariz, esos labios que moría por probar otra vez, y los ojos, esos hermosos ojos.
Me acerque más a él y hablé cerca de sus labios.
-Me gustas, vanilla machiatto.
-También me gustas, cappuccino.
Sentí sus labios otra vez en los míos y por un momento no me preocupó nada, nada de nada. En el beso anterior estaba demasiado nerviosa, pero no está vez.
Solo él.
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Mi café favorito es el de tus ojos ☕ (Jace Norman y Tú)
FanfictionHarper es una chica de 19 años con sueños y esperanzas, que, aunque no quiera admitirlo, se están desvaneciendo poco a poco. Ella va a clases de actuación, aunque, para pagarlas, tiene un trabajo en una cafetería donde trabaja con sus dos amigas. A...