Mi café favorito es el de tus ojos ☕ (Jace Norman y Tú)

Capítulo 13

Narra Harper

Los domingos la cafetería no abre, lo sé, es raro, pero Félix siempre quiso que ese día simplemente nadie trabajara. Así que, ese día les conté a las chicas lo que había pasado en la cita, Amy también nos contó lo que había hablado con Jack, su amigo. Conner me dijo que vendría el lunes a mi casa y que se lo cuente, porque además necesitaba su ayuda.

Ambas, estuvieron como por diez minutos quejándose y reclamándome porqué no lo besé. La respuesta es simple: tengo miedo, si, tengo miedo de arruinar todo. Sé que parezco demasiado confiada a veces pero eso es solo para que no me pasen por arriba, pero si, muy dentro mío y escondido, tengo miedo.

Me quedé todo ese domingo mirando Lizzie Maguire como toda una persona adulta y responsable. Jace no me habló, no esperaba que lo hiciera, pero si estuve pendiente.

☕☕☕

El lunes fui a la cafetería, y bueno, llegué tarde, no tan tarde como creí, pero Jace ya estaba sentado en su lugar.

-Hola- le dije sonriendo y entré antes de que contestara.

-¿Me pregunto que hará tu Shadow Hunter si reemplazo a su Clary?- cuestionó Hannah con algo de indiferencia.

-No llegues a despedir a Harper- contestó Amy y cuando iba a contestar agradecida agregó: -Ya encontré un posible Alec, la necesito.

Ignorando eso, empecé a hacer su café y cuando estuvo listo se lo llevé a la mesa.

-Lo siento, llego muchas veces tarde- le dije.

-Creeme, lo noto- respondió riendo, agarró el vaso y tomó un sorbo.

-¿Qué tiene de especial ese café?- pregunté curiosa.

-Que lo traes tu- contestó. Esa respuesta llegó tan inesperada que mi cuerpo no alcanzó a parar el sentimiento que me generó. Cuatro estúpidas palabras que separadas no me harían nada, ahora hacían todo- Pero si hablas del café en si, pruébalo si quieres.

Me extendió el vaso y yo algo dudosa lo agarré. Intenté dejar a un lado el pensamiento de que mis labios iban a estar donde estuvieron los suyos, pero fue demasiado tarde. Tomé un sorbo.

-¿Te gusta?- preguntó.

-Me gusta la persona a la que se lo traigo- contesté mientras le devolvía el vaso.

Su cara de entre confusión y una sonrisa me hizo entender lo que había dicho. Lo dije, lo dije y ni siquiera yo lo había dicho alguna vez en mi cabeza.

-Bueno...- dije algo nerviosa- Sabes a lo que me refiero.

-Yo entendí como que te gusto- respondió sonriendo- Tranquila, me gustas también.

Fue algo que salió tan natural de mi, como también de él, que ni siquiera lo pude procesar.

Ok, nos gustamos, eso es bueno, muy bueno.

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-Bueno, ¿para que me necesitas?- preguntó Conner mientras entraba a mi cuarto- ¿Problema de chicos?

Rebolié los ojos divertida y volví a mi computadora, había estado en el escritorio sentada mirando universidades y carreras, y hasta ahora, nada, nada de nada.

Mi amigo se tiró en la cama y agarró a mi gata para jugar con ella.

-¿De que ves cara?- pregunté- ¿Qué profesión?

Miró levemente por arriba de mi hombro hasta la computadora.

-¿Estás buscando una carrera?- asentí- ¿Por qué?

-Porque mis padres me dijeron que tenía que estudiar una aunque siguiera con la actuación.

-Economía- contestó y lo miré con cara de "¿Quién eres y que hiciste con mi mejor amigo?"- Me dijiste de que te veo, nunca especificaste que tenías que ser buena en ella.

-Conner, es en serio.

-La verdad, Harps- empezó- Te veo como actriz, lo siento, no te veo haciendo otra cosa en la vida. Estás hecha para eso.

Me dieron ganas de contestarle "Yo también y mucho, no quiero estudiar nada, me están obligando", pero no, no salió eso:

-Tengo que ser realista, necesito una segunda opción.