Mi café favorito es el de tus ojos ☕ (Jace Norman y Tú)

Capítulo 45

Narra Jace

-Pásame la taza de azúcar- me pidió Harpee señalándola en la mesada.

La agarré, se la di y ella la puso en el bol junto con la harina, el jarabe de vainilla y los huevos.

-Amor, la crema no se hace- me quejé. Estábamos en mi casa hacia un rato, a ambos nos dió un antojo de algo dulce y a Harper se le ocurrió hacer un pastel de vainilla. Yo no sabía realmente cocinar, así que, seguía sus instrucciones.

-¿Cuanto llevas batiéndola?- preguntó.

-No lo sé... Unos segundos.

-Tienes que estar un buen rato- respondió- ¿Le pusiste azúcar impalpable?

-No, no me dijiste que tenía que ponerle azúcar impalpable- contesté alterado.

-Ok, cálmate- dijo casi riendo y puso un poco de azúcar normal- Continúa.

-Cocinar es demasiado estrés, no me está gustando- comenté cuando los dos seguimos con lo nuestro.

-Te lo estás tomando muy en serio, relájate- contestó- Cuando terminemos, valdrá la pena, lo prometo.

Una vez que terminé, me acerqué a Harpee por atrás y la abracé por la cintura.

-¿Alguna vez pensaste que nuestra relación empezó con un apuesta?- pregunté y ella soltó una carcajada y se voltió a verme.

-Es cierto- respondió aún riéndose un poco- ¿Qué dice eso de nosotros?- cuestionó divertida- Aunque los papeles se dieron vuelta. La apuesta fue de mi parte.

-Es verdad, y estoy feliz de que lo hayas hecho- respondí sincero- No creo que haya podido invitarte a salir por mi cuenta.

-¿Jace Norman le tiene miedo a que una chica le diga que no?- puso sus manos en mis hombros y sonrió pícara.

-No- contesté- Tenía miedo a que TU me dijeras que no- expliqué.

-También yo- confesó- No me preguntes cómo hice para invitarte ese día de esa manera tan ridícula.

-No es ridículo- dije- Me parece tierno.

Ella mordió su labio y miró hacia abajo. Me encantaba que hiciera eso, con el tiempo, me fui dando cuenta que era un signo de nerviosismo cuando le decía algo que le gustaba mucho. Amaba tener el poder de hacerla sentir bien.

-Tienes crema en la cara- dije serio y ella me miró otra vez.

-¿Dónde?

-Aquí- respondí riendo mientras con mi dedo índice ponía crema en su nariz y boca. Ella cerró los ojos y suspiro.

-¿Por qué no lo ví venir?

-Tenías razón- empecé y comí la crema de mi dedo- Cocinar es divertido.

-Y la venganza se sirve fría, Norman- amenazó- Ten cuidado.

Volví a reír y me acerqué a ella hasta juntar sus labios con los míos unos segundos. Me manché de crema también un poco, ella finalmente se rió y ambos nos limpiamos.

Harper agarró la mezcla para el pastel, lo puso en una bandeja y lo metió en el horno.

-Ahora... A esperar- dijo- ¿Qué quieres hacer mientras tanto?

Volví a acercarme a ella y la agarré de la cintura.

-Tengo algunas ideas- contesté y fui directo al cuello. Di varios besos en el lugar que yo sabía que le gustaba. Pero, ella me agarró del rostro y me separó un poco para mirarme.

-También tengo una idea: podemos mirar una película.

-Te extrañé mucho, cappuccino- le dije en el tono más tierno que pude. Sabía que quería ese lado de mi.

-También te extrañé, vanilla machiatto- respondió- Y, esta vez, no me iré a ninguna parte.