Capítulo 6

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Narra Harper

La clase de teatro ya había terminado. Honestamente, no sabía si quería que terminara más rápido o que nunca terminara. Estar sola con vanilla machiatto era una idea que nunca pensé que realmente sucedería. Pero ahora, saber que estaría mínimo diez minutos en su auto me daba demasiada incomodidad.

Le había pasado a... Jace (se me hace muy raro decirle así aún) la dirección y la hora unos minutos antes de venir y me había contestado muy normal. Las clases eran en un teatro que Félix alquilaba los viernes, siempre estábamos en el escenario.

En lo que todos se iban, fui a mi mochila y tomé un poco de agua mientras miraba a Félix agarrando su mochila.

-Félix...

-Si me vuelves a preguntar si creo que eres talentosa como actriz te voy a prohibir venir a las clases- me interrupió sin mirarme.

-¿Tú piensas que es gracioso?- le pregunté y ahora sí me miró.

-No me parece gracioso que no confíes en ti, claro que no.

-Vengo aquí desde los 14 y...

-Y has mejorado y crecido- me interrumpió otra vez, se acercó a mi y puso una mano en mi hombro- Nunca paras de aprender actuación, Harper- dijo- No va a haber ningún momento en el que te vuelvas la mejor actriz. Pero, desde la primera clase que viniste, yo ya sabía que querías esto, que era algo a lo que te tenías que dedicar- explicó- Y no tengo dudas de que lo vas a conseguir.

Le sonreí.

-Gracias, Félix.

Bajamos los pocos escalones del escenario, caminamos por el pasillo y volvió a mi la preocupación del día: quien venía a buscarme.

Salimos afuera y lo ví, suspiré y caminé hacia él. Félix se sorprendió al ver que me acercaba.

-¿Hola?- le dijo el confundido.

-Félix, el es un cliente regular en la cafetería y como Hannah no podía llevarme a casa él se ofreció- si no lo explicaba ya iba a sacar concluciones.

-Tu eres el que pide el vanilla machiatto, ¿verdad?- preguntó Félix sonriendo.

No, no, no, no. Necesito que alguien venga y me mate, o, en su defecto, que lo mate a Félix.

-Si- respondió Jace riendo- Me imagino que eres dueño de la cafetería.

Félix asintió.

-Bueno...- dijo él- Me voy- antes de darse vuelta me miró y sonrió. Yo le contesté con una mala mirada.

El camino hacia su auto fue en silencio, un silencio que ni siquiera sé si era cómodo o incómodo. Una vez dentro de este, su aroma me invadió otra vez, viviría en ese auto si pudiera.

El arrancó y empezó el camino, también le había dado mi dirección, pero de todas formas me pidió que si me deba cuenta que estaba yendo mal, lo guiara.

-¿Félix te enseña teatro?- me preguntó y asentí- Jamás imaginé que te gustara la actuación.

Me encogí de hombros.

-¿Creíste que ser mesera era lo que me gustaba?

-No... es que...- empezó.

-¿O quizás no soy tan atractiva para ser actriz?- pregunté divertida, pero él se lo tomó enserio.

-¿Qué? No, claro que no, eres muy atractiva- no sé si lo escucharon pero ese fue un grito interno de emoción. Él se mordió el labio algo molesto, estaba arrepentido de haber dicho eso en voz alta.

-Estaba bromeando- aclaré- Y no te pongas nervioso, también creo que eres atractivo- agregué.

Cállate, Harper. No te confíes.

Él sonrió y yo miré por la ventana e hice lo mismo.

-Creo que los actores no son fáciles de identificar cuando no son conocidos- dijo finalmente- A mi también me gusta la actuación y dudo que lo hayas notado.

Lo miré, tenía razón, aunque nunca me puse a pensar realmente en cuál sería su hobby.

-Cierto, no lo noté- confesé- ¿Vas a clases también?

-Amm... Algo asi- respondió.

-¿Algo así?- me reí y me di cuenta que se estaba por pasar de mi casa- Es aquí- agregué.

Jace estacionó el auto y yo suspiré.

-Gracias por traerme, en serio no tenías que hacerlo- le dije sincera y él sonrió.

-Buenas noches, Harper.

-Buenas noches, Jace.

Me bajé del auto, entré a mi casa y ¿que veo? A mi papá mirando por la ventana. Ay no, esto no.

-Ese no es el auto de Hannah- dijo y me miró.

-Quizás es porque no es el auto de Hannah- contesté sarcástica y mi abuelo que estaba sentado mirando tele, se rió.

Fui hasta la cocina y agarré una galleta.

-¿Quién te trajo?- preguntó mi papá algo acusador- Sé que era un chico, Harper, ¿tienes novio?

Rebolié los ojos.

-No, no tengo novio- respondí- Hannah no podía traerme y él se ofreció. Ni siquiera es mi amigo, somos conocidos.

-¿De dónde?

-Teatro- mentí.

Antes de que pudiera preguntar algo más, fui a mi habitación y agarré mi teléfono.

Amy 📖: ME CUENTAS YA MISMO TODO CON LUJO DE DETALLE

Mi café favorito es el de tus ojos ☕ (Jace Norman y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora