El primer gremio de aventureros

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Está atardeciendo y aún sigo corriendo sin descanso. Veo la entrada del pueblo a lo lejos. Verifico mis sospechas, estamos en una especie de medievo mágico. Me encanta.

Entro al pueblo y comienzo a buscar. Me acerco a todas las personas que veo para preguntarles por un médico, pero todos actúan extraño. Los hombres me miran como si hubiese salido de un zoo y me indican el camino con la mano. Las chicas... me daba demasiada vergüenza acercarme a cualquiera y en el momento que una huyó mientras gritaba "¡un pervertido!" recordé que estaba en taparrabos y me dio aún más vergüenza.

Estoy viendo cómo la guardia se moviliza a una velocidad impresionante y viene de frente hacia mí. Tengo que empezar a aprender a pasar desapercibido. Me freno frente a la guardia.

- ¡Alto secuestrador! – grita el que parece el guardia de mayor rango por llevar diferente color la armadura mientras sus tres hombres me apuntan con sus lanzas.

- ¿Ah? ¿Secuestrador?

- El castigo por exhibicionismo e intento de secuestro son de cinco años en la cárcel.

- ¡¿AH?! Necesito ir al médico o al curandero, o como quiera que llaméis al que cura aquí. ¡Es urgente!

- Lo que es urgente es tu ingreso a prisión.

- Venimos de unas ruinas. – me intento acercar para darles el mapa, pero lo único que consigo es que empuñen sus lanzas con más fuerza.

- ¡Quédate donde estás!

Les tiro el mapa al suelo.

- Al norte hay unas ruinas con un constructo. Venimos de allí y necesito asistencia médica ya.

- ¿Y tu ropa?

¿En serio me pregunta por mi ropa? ¿Han cogido a los guardias más incompetentes del pueblo para protegerlos?

- Un slime me la deshizo. – aclaré.

- ¿Slime? Por aquí no hay slime. ¿No será que quieres escapar con esa mujer?

... Que os den.

Agarré fuerte a Selin y seguí corriendo. Esquivé a todos los guardias con la misma facilidad que se esquiva un cono y me fui corriendo a donde me dijeron que estaba el médico.

No me costó mucho encontrarle. Era un hombre entrado en años, humano, sin nada que destacar. En el momento que la examinó, no me costó nada convencerle para que la tratase...

Maravilloso. No tengo ropa, no tengo dinero, tengo un cadáver en la mochila y estoy en la cárcel. Cuando creo que las cosas no pueden ir a peor, van y empeoran. Solo espero que Selin salga de esta y testifique a mi favor para que me saquen de la celda.

Ahora tengo tiempo para pensar, para darme cuenta de la oportunidad que he dejado escapar... ¡AH! Al final me enfrenté al golem y estaba tan asustado que se me olvidó por completo lanzar mi aptitud de "desafío". Ahora mismo podría ser inmune al control mental y lo único que he logrado es ingresar en prisión... Quizás merezca quedarme una temporada a la sombra para recapacitar.

Me tumbo, doy vueltas, me siento, me pongo en pie, me aburro, me aburro aún más; pasa la noche y parte del día...

Estoy sentado, jugando con plastilina, haciendo figuras lo más parecidas a personajes de anime que me gustan. Lo primero que veo cuando aparece el guardia es una cara de sorpresa y terror...

Bueno, quizás sea ¡porque soy idiota! Sin darme cuenta he ido agarrando los barrotes de metal de mi celda y me he puesto a jugar con ellos como si fuesen plastilina. Las ventajas de tener Fuerza SS. El interior de mi celda parece el almacén de un escultor de arte abstracto. Ninguna de mis figuras se parece en nada a lo que quería reflejar.

¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora