En el momento en el que el hombre guarda su espada y el dragón se "esconde" detrás de él, yo suelto mi escudo. Por desgracia, la que debería haberse encargado de la parte diplomática seguía lloriqueando tras salir rodando para esconderse tras la cobertura con Umeko y Kyoko. No me podía quejar, había servido bien y creo que había encontrado una utilidad perfecta para la nueva integrante del grupo.
- Una explicación a lo que está pasando no vendría mal... - digo.
- ¿Qué haces aquí? ¿Quién te envía y qué pretendes? – pregunta el hombre con seriedad. ¿Y si...?
- Me llamo Kioshi y el gremio me encargó venir aquí para investigar.
- Oh... el gremio... ¿Cuánto tiempo ha pasado?
- ¿Desde cuándo?
- Me llamo Morin - ¿cómo? ¿Y este hombre tiene cuarenta años? ¡Si parece tan joven como yo! - ¿Cuánto tiempo ha pasado desde que vine aquí?
- Bastante... creo que unos dos meses, pero... si tú eres Morin... ¿el dragón?
¿Qué se me está escapando? ¿Acaso entró en un bucle temporal? ¿Acaso ha sido controlado mentalmente? Aunque viendo la expresión del dragón, acurrucado tras ese hombre... ¡¡AAAAH!! ¡No me entero de nada!
- No entiendo nada... - Morin me da la espalda.
- Querida... ¿podrías mostrarte como nosotros? – Dice mientras hace unas indicaciones con sus manos... ¿Querida?
- Sí...
Veo que en un instante ya no hay ningún dragón y, al lado de Morin aparece una preciosa mujer, esbelta, vestida con ropas de piel de conejo. Tenía el pelo blanco, con una gran trenza hecha de una forma diferente a la mía, pero no tan larga; sus ojos eran de color plateado igual que las escamas de sus orejas y de ciertas partes aleatorias de su cuerpo. Y tenía unos pechos, firmes y pálidos... Parece algo tímida.
- Puedes decirles a tus compañeras que salgan, no hay ningún peligro. – me dice Morin.
- ¿Estás seguro? – pregunta Umeko.
- Discúlpalas, son unas cobardes. – digo.
Umeko no tardó en asomar la cabeza y, al ver que el dragón había desaparecido, salió de su escondite.
- ¿A quién llamas cobarde? – pregunta Umeko un poco molesta mientras se acerca a mí.
- ¿Y las demás? – pregunto.
- Kyoko está consolando a Bastet. No me puedo creer que la hayas utilizado de esa manera tan... - ¿Ah? ¿Umeko mostrando empatía por su diosa odiada? Va a ser verdad que Bastet tiene buena labia.
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¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?
FantasíaKioshi es un chico impopular que decidió dedicar su vida a la enseñanza infantil para poder tener una historia de amor con una hermosa profesora. Nada de eso sucedió ya que murió nada más graduarse y se reencarnó como elfo en un mundo de fantasía. G...