Mi gran oportunidad

65 19 3
                                    


Estoy tirado en la cama, boca abajo, pensando en las posibilidades que tengo de salir vivo de aquí o que Gaeko consiga lo que quiere. Ahora mismo estoy solo, ella se fue con sus padres a... ¿pasar el día? No sé muy bien. Gaeko me dijo que no hiciese nada problemático... ¡Como si fuese algo que hiciese a posta!

Me resigno... Llaman a la puerta... Me vuelvo a resignar... Vuelven a llamar... No puedo evitarlo. En cuanto abrí la puerta y vi a esa sirvienta con orejas, cuernos, cola y ubres de vaca yo... No pude evitar quedarme mirando esos enormes pechos. Eso sí que eran grandes, y tenían una pinta de ser tan suaves...

La mujer se sacó un pañuelo de su increíble escote y me tapó la pequeña hemorragia nasal que tenía... Fue un error. Oler eso solo hizo que me saliese más sangre. Cerré la puerta y me alejé.

- ¿Señor? ¿Está bien? Deje que le ayude con esa hemorragia. – dice la mujer al otro lado de la puerta.

- No... Estoy bien... Espera un momento...

Tranquilo Kioshi, piensa que estás aquí como representante sentimental de Gaeko. Deja de pensar que quieres meter tu cabeza entre esos dos pechos y abandonar este mundo tan cruel...

- ¿Qué es lo que quieres? – le dije tras abrir la puerta.

- Escuché varios lamentos aquí y... vine a ver qué sucedía.

- Estoy bien, pero gracias por preocuparte.

- Espera... Tú eres... eres el elfo... ¿Los rumores que corren sobre ti son ciertos? ¿Fuiste capaz de hacer frente a nuestro rey y salir con vida?

Me agarra la mano y se la pega a su pecho mientras que me mira con admiración. Aguanta Kioshi... aguanta... Saber que jamás vas a volver a lavarte esa mano no quiere decir que tengas que perder la calma...

- Bueno... Fue más que eso... - me estoy poniendo un poco rojo.

- ¿Sí? ¿Cómo fue? Por aquí cuentan que os enfrentasteis y que fuiste muy ruin y traicionero en el combate.

- Ah... - lo peor es que fue tal cual – No fue así... exactamente.

- ¿Por qué no me lo cuentas? Es mi descanso, vayamos a los jardines. Encontrarme con una celebridad como tú no es algo que me pase muy a menudo...

Una celebridad... ¿Yo? Me gusta esta mujer. Puede que acepte su invitación a dar una vuelta por los jardines, al fin y al cabo, no estoy haciendo nada y si me encuentro con Leónidas, Gaeko y Gatherin están con él. No hay ningún problema.

Aproveché mi momento como cualquier otro lo habría hecho. Paseando por los jardines, le fui contando todo lo que pasó... Bueno, puede que omitiese ciertos detalles y el mero hecho que por esa época no sabía pelear... Sus reacciones eran de sorpresa, admiración a pesar de que estaba hablando "mal" de su rey y me sonreía constantemente.

Cuanto más hablaba con ella, más se pegaba a mí hasta que mi brazo ya estaba engullido por los suyos y sus enormes pechos... hasta los sentía en mi torso.

- ¿Tienes hambre? – me preguntó cuando acabé mi historia.

- Pues n...

- ¡Ahora vuelvo! No te vayas. – me interrumpe.

La verdad es que con la comida tuve suficiente... No llegué a comer mucho, pero es lo bueno de los elfos; tampoco necesitamos tanto.

Al cabo de unos momentos regresó con una bandeja con dos pequeñas botellas de cristal, blancas y un poco de bollería variada.

¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora