Nunca olvidaré el momento en el que todos los niños me abrazaron y, en el que me importaba tan poco que también lo hice con Lira.
El tema de la resurrección no salió a la luz... todavía, pero era cierto que todos se hacían las mismas preguntas y era más que evidente que tarde o temprano lo sabrían.
Tras recomponerme y hacerme el hombretón delante de mis niños, Álastar y Bastet se marcharon al centro del pueblo. Mientras nosotros nos quedamos en la escuela, ellos lograron concentrar a todo el mundo en la plaza del pueblo y estuvieron un buen rato explicándoles todo lo que había sucedido...
Supe de inmediato cuándo terminaron porque aquel edificio se llenó de gente que... algunos evitaron mirarme, otros me daban las gracias y... todos llorando... joder ¡Sí! ¡Nadie se llevó a su hijo diciendo que yo era un monstruo! Otra vez estoy llorando... ¿podéis parar ya de contagiarme esto? ¡No me gusta llorar, y menos delante de tantas mujeres hermosas!
Cuando todo se calmó, Selin y Helen trajeron muchas mantas para que nos quedásemos a dormir esa noche en la escuela. Con tan poco tiempo de antelación iba a ser difícil encontrar hueco para tantos y mucho menos ahora que todo el mundo estaba tan alterado... en el buen sentido y que, como era evidente, esa noche era para que las familias celebrasen con sus hijos su regreso.
Aquella noche todos durmieron allí, a excepción de mí. Si de normal necesito dormir poco, en ese momento me sentía tan liberado y tan satisfecho que me quedé fuera, viendo el cielo, tumbado en el césped, pensando constantemente en lo que podría suceder al día siguiente, cuando sentí una presencia a mi espalda.
- ¿Qué tal estás? – pregunta Selin sentándose a mi lado.
- Todavía sigo un poco nervioso... No sé qué pasará mañana. No sé qué les contarán sus padres a todos. – me senté.
- Si te sirve de consuelo, todos saben que no fuiste tú. Tenían sus dudas, pero cuando vinieron a recoger a los pequeños, pude ver que al fin entendieron que no eras el malo.
- Si no llega a ser porque en el fondo eres una blanda, no lo habría contado.
- ¿Cómo que una blanda? – me da un pequeño empujón y deja su hombro pegado al mío.
- ¿Ya se te ha olvidado el combate en el que casi me matas?
- ¿Te refieres a ese en el que no conseguiste alcanzarme por tus sentimientos hacia mí?
- ¿Eh? ¿sentimientos? Me contuve porque eres una debilucha. Como te hubiese alcanzado con unos de mis puños debería haber pedido otro pergamino para resucitarte.
- O sea, ¿qué me quieres?
- ¡Yo no he dicho eso!
- Y para que molestarte en resucitarme.
- Pues... porque...
- ¿Te estás poniendo rojo?
- ¡Por supuesto que no! Imagina que Kiara se despierta y no estás tú. ¡No me lo perdonaría!
- Ya, claro... - noto su pequeña risa entre dientes. – ¿En ese caso rechazarás mi propuesta?
Uhm... Selin se ha sentado encima de mí, sobre mis caderas... mal sitio para que una chica tan atractiva como ella se siente... Me empuja para atrás para acabar en una escena en la que ella está totalmente tomando el control, apoyando sus manos en mis hombros y yo... me estoy empezando a poner nervioso...
- Había pensado que, ya que se ha solucionado todo y que te vas a quedar aquí, ¿Por qué no ampliamos la familia y tenemos un hijo juntos? – dice con ligera lascivia.
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¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?
FantasiaKioshi es un chico impopular que decidió dedicar su vida a la enseñanza infantil para poder tener una historia de amor con una hermosa profesora. Nada de eso sucedió ya que murió nada más graduarse y se reencarnó como elfo en un mundo de fantasía. G...