¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?

La misión de la Iglesia de Circe

Tras descansar lo que quedaba de noche entre lágrimas, fuimos recompensados con una suma generosa de dinero... No sé muy bien qué pasaba por la mente de Siora, ni lo que pensaba que había sucedido la noche anterior, pero me dejó caer que sería muy bien recibido si alguna vez pasábamos por allí... Me niego a volver... al menos mientras deba labrarme una buena reputación.

Nos marchamos de allí sabiendo que al menos habíamos obtenido una buena suma de dinero, aunque no sé para qué quería yo más dinero...

- Kioshi. – me dijo Kyoko nada más salir del pueblo.

- Dime pequeña.

- ¿Qué hacías ayer parado en la puerta de la mujer de la casa?

Acaba de caer todo el peso del mundo sobre mí. Pensaba que no me había visto... que al menos con ella podría mantener una imagen correcta... ¿qué le digo ahora? Es el momento perfecto para aclarar las cosas, decir la verdad y que a Umeko no le quede otra que creerme, pero ¿cómo lo expongo para que las dos lo entiendan?

- Yo... - Umeko me lanza una mirada despectiva.

- Dos en una noche... - sus mejillas se sonrojan de la vergüenza y aparta la mirada.

- ¿Dos en una noche? – pregunta Kyoko.

Gracias por facilitarme las cosas Umeko... ¡AAAH!

- Bueno... se dieron varios malos entendidos en los que acabé... acompañado en la habitación... - Puffff...

- ¿Con otras personas? – preguntó Kyoko.

- S...Sí...

- ¿De verdad?

- Sí... - estoy acabado...

- ¡A mí me pasa lo mismo!

- ¿Ah?

- Casi siempre he dormido sola y aislada... Me encanta dormir con vosotros, me siento más segura. Si te sientes solo alguna noche te puedo hacer compañía.

Se me están escapando lágrimas de emoción... no solo descubro que cada día me gusta más esta cría, sino que el respeto que tiene hacía mí, está intacto y he podido salir de esta situación airoso.

- Umeko. – dice Kyoko.

- ¿Sí?

- ¿A ti también te gustaría acostarte con Kioshi?

¡AAAH! No he visto venir ese golpe directo al corazón... Me acabo de poner nervioso en tan solo un instante y mi nariz ha comenzado a sangrar.

- Y...y...y...yo... - se ha puesto tan roja como cuando entramos a la tienda erótica... y eso solo hace que me ponga aún más nervioso.

- Algún día nos acostaremos los tres juntos y así podré decir que yo también he estado con dos en una noche. – dice Kyoko muy entusiasmada.

- M...m... - intento decir...

Durante un buen rato, Kyoko estuvo hablando sola... ninguno de los dos nos veíamos capaces de vocalizar una simple palabra... yo solo quería decir "me parece bien" y dejar a Umeko con toda la presión... Dormir los tres juntos era el primer paso para una relación más cercana... Con Kyoko en medio si me atrevería a estar con Umeko...

Empiezo a notar un picor en la cabeza, una especie de parpadeo, como cuando estás jugando y se te ilumina el correo. Nada más abrir mi inventario, vi que el emblema que me había dado Álastar estaba brillando... Por favor... que no se haya enterado de lo de los muertos, que no tenga un detector de muertos y lo haya averiguado... Por mucho que quiera ganarme su favor, no puedo vender a Umeko.