La heroína felina

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He de reconocer que estoy un poco emocionado por semejante oportunidad. Es la primera vez que todo el gremio tiene una misión conjunta. Hasta ahora, los aventureros han oído hablar de ciertas hazañas, que hemos derrotado a ciertos monstruos importantes, pero poder luchar junto a ellos... Hay tantas aventureras a las que poder impresionar... Me pregunto cuál será el problema...

Umeko y yo fuimos los últimos en llegar y toparnos con... Me quedé paralizado durante un instante al ver contra lo que nos enfrentábamos. En el horizonte, no muy lejos del inicio del bosque, pude contemplar una especie de nube gigante que ocupaba... apenas se veía el bosque o el propio cielo... Esa nube no era de gas o vapor, se trataba de algo fluctuante que se movía y cambiaba de forma. El inmenso zumbido múltiple de esa nube me reveló de inmediato que todo eso era alguna clase de insectos.

Todos los aventureros ya se habían colocado en una formación específica, una formación de la cual no comprendía su sentido... Los magos estaban en primera fila, protegidos por una especie de muro de viento larguísimo, mientras que los guerreros y arqueros estaban en segunda fila.

No soy quién para hablar de formaciones de combate, pero en todo anime o película que he visto, los escudos y las lanzas van los primeros y luego ya estaría la gente a distancia...

En primera fila, por delante de la barrera, estaba la adalid esa... Estel creo que se llamaba. Parecía la responsable de esa formación, a la que todos escuchaban y a la que consideraban su líder. La verdad es que se veía muy intimidante y autoritaria en esa pose...

Sin que nadie le dijese nada, Umeko cumplió con su papel en la formación y se puso en primera fila, junto a los magos y algunos sacerdotes y yo... me fui directamente al frente, junto a Estel... espero que no me odiase demasiado o al menos me tratase como un compañero en esa situación.

- Vaya formación más extraña... - comenté.

- Oh... eres tú... - dice Estel girándose brevemente para mirarme.

- Sí... soy yo... Solo pasaba por aquí a ver si con mi ayuda puedo ganarme vuestra confianza para engañaros mejor en un futuro.

Estel me miró con una mezcla de confusión y enfado.

- Era sarcasmo... - especifico.

- No es momento para tonterías.

- Ya... bueno, ¿qué demonios es esa nube? Parecen insectos, pero no logro diferenciar qué es.

Estel se agachó y cogió algo del suelo. Me enseñó una abeja muerta en la palma de su mano.

- Hemos acabado con dos oleadas de estas.

- Espera... ¿me estás diciendo que esa nube son abejas? ¿De las que pican?

- Y de las que muerden. Según mi hermana, parecen abejas de dispersión, pero... tiene que haber alguien o algo detrás de esto. Son demasiado grandes.

- A mí me parecen bastante comunes. – Estel me mira y lanza una sonrisa sarcástica.

- Este es el tamaño de las abejas cuando mueren. Las que tienes ahí delante, tienen el tamaño de un niño...

- ¡¿Qué?!

- Alguien está detrás de esto... esas abejas no son monstruos, pero por alguna razón han crecido y son agresivas...

De repente, pude escuchar cómo los zumbidos se acercaban y la nube crecía... Ahora sí podía ver ese cúmulo con gran claridad gracias a mis ojos de elfo. Ya entiendo el porqué de esa formación. El viento repelía a las abejas mientras que los guerreros, al estar enfrentándose a enemigos voladores, lo único que podían hacer era proteger a los lanzadores de conjuros a su espalda.

¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora