¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?

Esto no es un sueño

Han pasado dos semanas desde que tuvimos el enfrentamiento con Riuk y todavía me siento como si fuese un grandioso héroe que no puede contarle a nadie lo que había pasado. Álastar nos pidió el favor de no revelar nada por el momento. La iglesia solo sabría que Riuk ha tenido una especie de retiro espiritual que lo mantendría alejado de todo durante un buen tiempo. Supongo que Álastar aprovechará ese tiempo para encargarse de todo lo que nos dijo que se iba a encargar... Espero que pueda limpiar la iglesia de corrupción y de esa granja de niños tan denigrante para una entidad como esa.

Si todo el mundo supiese la verdad... si todas las razas supiesen lo que he hecho por ellos... Estoy seguro que sería tratado como un rey y las chicas se pelearían por estar conmigo y no como Bastet... Creo que tengo una relación tóxica con ella de amor odio constante. Me prometió que, si derrotaba a Riuk, pasaría a formar parte de mi harén... pues bien, me montó un numerito de los suyos, haciéndose la víctima delante de las chicas diciendo que cómo le podía exigir algo como eso a una mujer, que hoy era ella y mañana podía ser otra... Tuve que aceptar lo que me decía a regañadientes y... ¡odiarla como nunca! ¡Ya es la segunda vez que me hace pensar que voy a perder mi virginidad con ella! Me habría gustado echarla de la casa, pero la muy... se marchó con Álastar y todavía no ha vuelto.

Pero las cosas no acabaron ahí. Uno de los días que fui al gremio, me topé con Estel, con mi flamante novia que ya dejó de serlo. Cortó conmigo... Al parecer al retiro al que fue con su familia les hizo abrirse y hacer las paces con su padre y aceptar a Dara, entonces... a mí ya no me necesitaba y yo... Soltero... soltero sin si quiera haberla besado... Soy el héroe del mundo, ¡El maldito héroe del mundo y no hacen más que utilizarme y dejarme solo! Eso sí... esta información no tengo intención de compartirla con Umeko, me gusta que en el fondo esté celosa.

Durante estos últimos días he estado tentado en contar lo que había pasado, que mi suerte cambiase, que tuviese a alguna chica peleándose por mí, pero justo llegó Álastar a mi casa y no lo hizo solo.

- ¿Qué tal llevas tu descanso? – dice Álastar junto a Bastet - ¿Podemos pasar?

- Sí... claro...

¿Qué le pasa a Bastet? ¿Por qué parece que se le ha salido el alma? No es que me importe o no se lo merezca por lo que ha hecho... bueno, puede que me preocupe un poco.

- ¿Bastet? ¿Estás bien? – veo que me mira y no tarda en abalanzarse sobre mí, lloriqueando.

- Kioshi... No me puedo creer que lo que me ha pasado haya sido real...

- ¿Qué ha pasado? – miro a Álastar mientras Bastet me llena la camisa de mocos y lágrimas.

- En estos días hemos ido a ver a los elfos.

- Espera, habéis ido a ver elfos... ¿sin mí?

- Solo íbamos a ir para un vistazo rápido, pero la cosa se alargó más de lo esperado.

- Entonces... ¿ya puedo ir cuando quiera?

- Sí, ahora es más fácil.

- Kioshi – dice Bastet – Tienes que hacerme un favor.

- Ya, claro, para que luego me lo agradezcas como de costumbre y no cumplas tu palabra.

- Te prometo que esta vez te daré lo que me pidas, incluso firmaré un contrato delante de Álastar.

- Uhm... - vuelvo a mirar a Álastar - ¿Esto tiene que ver algo con los elfos?

- Resulta que cuando los salvé – comienza a contar Álastar – se sintieron muy abandonados por parte de sus dioses. No se podían creer que no los hubiesen ayudado después de tantos años creyendo en ellos. Cuando les visitaba y les contaba que era el Rey demonio, digamos que su fe...