Todos nos quedamos unos segundos en silencio, en los cuales, Álastar respiraba aliviado mientras que Bastet me miraba con una sonrisa pícara dibujada en su rostro... ¿Esta que trama ahora?
- Me alegra que accedas y me ayudes con este favor. – dice Álastar – Te prometo que cuando todo esto acabe tendrás a tus niños de vuelta para que puedan admirar el trabajo que has hecho por todos.
Kyoko observó la conversación y afirmó varias veces con la cabeza mostrando seriedad y conformidad.
- ¿Has oído Umeko? – dice Kyoko yendo hacia ella para tambalearla suavemente - ¿Umeko?
Al fin... después de tanto tiempo, no solo voy a resucitar a mis niños, sino que también voy a participar de forma activa en la cura para la desaparición de las maldiciones. ¿Qué pensaría Selin si estuviese aquí? ¿Y Umeko? Parece que está empezando a salir del trance con los zarandeos de Kyoko.
- Y... ¿qué debo hacer para convertirme en el rey demonio?
Esto va a ser épico, probablemente lo más épico que me ha pasado hasta ahora... Estoy realmente nervioso. Veo que Álastar coge el último pastelito de canela, lo envuelve con sus manos y lo imbuye con una tenue luz roja y negra... Lo más extraño de todo es que no se escuchó nada, es como si estuviese viendo la animación de un juego de magia con el volumen quitado.
Abre la palma de su mano y veo un pastelito de crema exactamente igual que antes, solo que con una apariencia más apetitosa... Entiendo que me lo tengo que comer... Vaya forma más cutre de entregarme un poder tan descomunal... Quizás lo haga así para no destacar mucho y que alguna cosa de Riuk no nos localice o yo qué sé... Si lo hace así es por algo.
Justo antes de echármelo a la boca, noté un golpe en la mano que me frenó... A veces se me olvida que la fuerza de Umeko está muy por encima de lo normal. ¿Qué le pasa ahora?
- ¿Qué estás haciendo? – Umeko mira a Álastar - ¿Cómo es posible que todo lo que has dicho sea verdad? Eres un impostor... el verdadero Álastar no sería capaz... de inventar esa macabra historia.
- Ya sé que puede sonar muy descabellado, pero es la verdad. Si tan solo pudiese llevarte con el pueblo élfico os podría demostrar que no miento. – dice Álastar.
- ¿Mentir? Lo que temo es que sea verdad y no sepamos quién eres.
Mira que no me considero una persona muy espabilada, pero todo lo que ha dicho Álastar tiene sentido. Aunque... dichosa Umeko... Me hace que use heterocromía con Álastar y... Pues sí, sigue siendo él mismo, además que tampoco hay que investigar mucho, su mera presencia irradia el mismo poder siempre. Me volví a echar el pastel a la boca y, esta vez me llevé un mazazo en la mano que tiró el pastel al suelo. ¡AH! ¡Esta chica es idiota!
- ¡¿Quieres dejarme comer a gusto?! – me enerva... cojo el pastel y lo dejo en su caja... no vaya a ser que le dé por intentar destruirlo y se le vaya el poder como al zumo de mi madre las vitaminas. Lo guardé lejos de ella.
- ¡No! ¡Seguro que es veneno!
- ¡Soy inmune al veneno! ¡Si fuese veneno no notaría nada y sabríamos si va de farol!
- No me fio...
- Umeko, por favor... - dice Álastar.
- Déjame... Tú no eres Álastar...
- ¿Si no fuese Álastar crees que no me sentiría culpable por lo que te pasó de niña?
- ¿Eh? – ¿Qué le pasó?
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¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?
FantasiaKioshi es un chico impopular que decidió dedicar su vida a la enseñanza infantil para poder tener una historia de amor con una hermosa profesora. Nada de eso sucedió ya que murió nada más graduarse y se reencarnó como elfo en un mundo de fantasía. G...