La tranquilidad de una biblioteca...

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Puffff...

Puffff...

Puffff...

Esos fueron mis únicos pensamientos de camino a la biblioteca. He estado a punto de hacer una completa barbaridad y lo peor de todo es que no estoy seguro de eso... Nunca me han gustado en exceso los libros, pero espero que en esta ocasión pueda desconectar o entretenerme con ellos mientras hago mi trabajo.

Antes de pasarme por la biblioteca me pasé por una tienda de magia para comprar varios libros en blanco.

Cuando llegué a la biblioteca, me topé con un edificio bastante grande, de una sola planta, con cantidad de estanterías y muchas mesas rodeadas de sillas. Por un cartel que había en la puerta antes de entrar, me enteré de que esa biblioteca no dejaba sacar los libros de allí. Quizás en otra situación me habría importado, pero actualmente, era la excusa perfecta que necesitaba para no salir de allí.

Me acerqué al mostrador y, al no haber nadie, hice sonar un pequeño timbre que tenían. De la puerta que había tras el mostrador salió una joven que por un instante me recordó al rey Leónidas. Era una leona rubia, con una mata de pelo espectacular y un collar de pelo más clarito que impedía que pudiese ver su cuello. También se podían ver sus orejas y su cola de león, sus ojos ambarinos algo rasgados y, cuando hablaba, se le notaban los colmillos. Su piel tenía una fina capa de pelo que parecía muy suave y... joder, otra vez lo he vuelto a hacer. Tengo que quitarme la costumbre de quedarme mirando los pechos de una mujer de forma tan descarada... debería aprender a disimular un poco.

-          ¿Qué deseas? – me dice la bibliotecaria muy alegre como si no se hubiese dado cuenta de que le estaba mirando los pechos

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- ¿Qué deseas? – me dice la bibliotecaria muy alegre como si no se hubiese dado cuenta de que le estaba mirando los pechos.

- Yo... esto... - me giré y me di dos aplausos en la cara... ¡Espabila! Vuelvo a mirar a la bibliotecaria – Vengo en busca de información y un lugar donde poder estar para realizar un trabajo. ¿Podrías ayudarme?

- ¡Claro! ¿Qué clase de información necesitas?

- Lenguas e idiomas del mundo.

- Uhm... solo tenemos una estantería dedicada a otros idiomas o su aprendizaje. ¿Algún idioma en concreto?

- No te preocupes, con saber la estantería en la que tengo que buscar me será suficiente.

- ¿Seguro? No me importaría salir de detrás del mostrador y guiarte. – noto que su pequeña cola comienza a moverse a su espalda... no sé mucho de leones, pero cuando un gato hacía eso era porque estaban contentos o ilusionados.

- No... en serio...

Veo que pone las manos sobre el mostrador y se inclina un poco hacia mí.

- ¿Estás seguro? Puedo ser de gran ayuda y ahora no tengo trabajo. – me dice la bibliotecaria muy emocionada.

- Eh... solo necesito saber el camino.

¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora