Mientras Umeko y Bastet volvían a la casa a hacer no sé qué, yo me adelanté con Kyoko a la taberna del gremio. Cuando llegué vi a dos tipos que me llamaron la atención, principalmente porque era la primera vez que los veía por allí. Un hombre bestia, bastante grande, de espaldas y un humano en otra mesa que, con solo mirarle, tan galán, tan guapo, tan rodeado de chicas... Destacaba por su melena morena, su armadura reluciente y su capa oscura.
A pesar de viajar con Umeko y Bastet, a pesar de tener una "relación" con Estel, sentí mucha envidia y odio hacia ese guaperas que sabía qué decir en cada momento y tenía a todo su séquito amándole y sonriéndole... Chtss... Seguro que a la hora de la verdad es un verdadero cobarde.
El hombre bestia de la otra mesa... Al principio no sabía de quién se trataba, pero conforme me fui acercando, Kyoko le reconoció y abrazó su peludo brazo. Ver a Osean sin armadura, vestido con su ropa informal... es normal que me descuadrase, aunque ver a un oso tan grande... en realidad era fácil identificarle.
Estaba tomando un plato de guisantes con jamón, pero en cuanto me vio, dejó de comer y se levantó.
- Hola, pequeña princesa. – acaricia la cocorota de Kyoko - ¡Kioshi! ¿Dónde te habías metido?
- ¿Ah?
- Llevo todo el día frente a la puerta de tu casa. En vista de que no aparecías, decidí esperarte mientras cenaba en tu gremio.
Osean era un tipo serio, agradable y sereno, pero en aquella ocasión no parecía el mismo.
- ¿Has venido para llevarnos frente a Gaeko de nuevo? ¡Ahora soy yo la que puede enseñarle nuevas habilidades! – dice Kyoko con toda la ilusión.
- Si Gaeko logra salir de esta... estoy convencido de que estará encantada de verte.
- ¿Qué le ha pasado? – se me ha adelantado...
- Algo que solo Kioshi puede solucionar.
- ¿Eh? ¿Yo? – me señalo.
- Ha pasado algo realmente grave, por eso he venido yo solo, sin identificativo...
Me estoy empezando a asustar... ¿qué se supone que solo puedo arreglar yo? Si las cosas están tan graves como dice, lo mínimo hubiese sido que Leónidas... Espera, ¿y si él está fuera de juego? ¿Un golpe de estado?
Nos invitó a sentarnos y a cenar para contarnos todo.
- ¿Puedes decirnos ya cual es el problema? – le pregunto, algo nervioso al ver la intranquilidad de Osean.
- Es Leónidas...
- ¿Ha muerto? ¿Un golpe de estado?
- ¿Qué? ¡No! Quiere conocerte.
- ¿Ah?
- Después de vuestra batalla, estaba muy rabioso. Todo este tiempo ha estado maldiciéndote y gracias a eso, ha dejado tranquila a Gaeko, pero el tiempo y su paciencia se han acabado. Quiere a su hija de vuelta y está dispuesto a conocerte, a negociar el poder verla... Gaeko me ha pedido que venga a pedirte ese favor.
Empiezo a pensar que soy una especie de novio de alquiler o algo por el estilo... No me termina de gustar. Con Estel estoy bien, aunque la veo poco, pero mira que he pensado veces si me compensa los pequeños mimos que me da y, a cambio, tener de enemigo a uno de los humanos más poderosos del mundo...
Y con Gaeko va a pasar lo mismo, incluso peor. Con ella no puedo llegar a sentir nada: es una niña a la que le estoy haciendo un favor. No saco nada satisfactorio de esa relación y, encima, me pongo de enemigo al que probablemente sea uno de los hombres bestias más poderosos del mundo.
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¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?
FantasíaKioshi es un chico impopular que decidió dedicar su vida a la enseñanza infantil para poder tener una historia de amor con una hermosa profesora. Nada de eso sucedió ya que murió nada más graduarse y se reencarnó como elfo en un mundo de fantasía. G...