Formando el equipo

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Pensando en cómo aumentar nuestra fama, nos topamos con dos únicas ideas para ayudar a la gente: lo que llevaba haciendo Umeko todo este tiempo, viajar y encontrarse con problemas o ir al gremio de aventureros y... Uhm... este es el momento de hacer la prueba que tanto llevo esperando, además esto puede sernos útil para un futuro.

Los arciprestes se dividían en dos, los que pertenecían a la iglesia y los que pertenecían al gremio... Umeko pertenecía a la iglesia y no tenía acceso a todas las misiones del gremio; yo me negaba en rotundo a ser un aventurero a pesar de haberlo deseado de siempre... Pero Kyoko... ella podía ser nuestra aventurera líder; podríamos aceptar toda clase de misiones, podríamos cobrar las recompensas pertinentes y Kyoko podría fortalecerse... ¿qué clase elegirá? Estoy convencido de que será una ladrona. Le pega, pero no le diré nada, no quiero condicionarla.

Puff... el edificio del gremio en esta ciudad es bastante más grande que donde conocí a Indara. Al pasar dentro... bueno, es muy similar en lo que viene siendo la decoración. Estos lugares parecen como si perteneciesen a una franquicia. Kyoko... Kyoko parece que ha entrado en modo asombro, no se separaba de nosotros, pero ponía unas caras de entusiasmo al ver cada rincón de ese edificio dignas de ver.

Vamos al mostrador y... uhm... prefiero mil veces a Indara, el encargado es un hombre. Me siento ofendido... ¿Cuándo voy a ver a la encargada de pechos grandes?

 ¿Cuándo voy a ver a la encargada de pechos grandes?

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- Buenos días. – me acerco al mostrador – venimos a ingresar en el gremio.

- Vaya, buenos días, son nuevos por la zona, por lo que veo. – dice el hombre sin perder un segundo en sacar el chisme que se usa para unirse al gremio.

- Sí, no se equivoca. – no sé si se habrá extendido el rumor de que un elfo está por la ciudad, pero hasta donde sé no parecen relacionarlo conmigo, menos mal.

- Ponga la mano aquí.

- No soy yo el que va a formar parte de este gremio. – miro a Kyoko - ¿Kyoko?

- ¿Ah? ¿Yo? ¿Una aventurera? – veo que sus ojos y su rostro se iluminan - ¡¿Puedo?!

- Para eso hemos venido. Quería que fuese una sorpresa.

- Pero... no tengo dinero para entrar...

¿En serio me dice eso? Me acerco a ella y me agacho un poco.

- Soy tu hermano mayor, ¿no lo recuerdas? Y los hermanos se ayudan entre ellos. – me sonríe y asiente con confianza.

- ¿De veras quiere ingresar a una niña? – me pregunta el encargado algo reticente.

- ¿No sería mejor que lo hicieses tú? – me pregunta Umeko...

¿En serio ahora eres tú la que me preguntas eso? ¿Acaso no recuerdas que soy un elfo? ¿Y si al entrar al gremio se desvela mi raza y tenemos problemas?

¿Un mundo de fantasía sin un Rey demonio?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora