De regreso en Pacific Seaside, ya habían pasado algunos días desde el cumpleaños de Chrys, tanto ella como su familia trataban de llevar una vida normal aún después de la confesión, se prometieron que la noticia de la adopción no arruinaría sus vidas, que nada lo haría, hasta ahora.
Durante el descanso, Chrys almorzaba junto a Sue, como era usual, Sue era una persona muy parlanchina, y este día no era la excepción, hablaba sobre la importancia de salvar a las ballenas y lo antihigiénico que era el uso del secador de manos, o algo así, en realidad, desde su cumpleaños, Chrys estaba distraída, con un mal presentimiento, como si le persiguiera algún tipo de cuenta regresiva.
Sólo el timbre de final de descanso la sacó de sus pensamientos, un poco, Sue seguía con su conversación mientras se levantaban de la mesa con sus respectivas bandejas, sin embargo, Chrys no se dio cuenta de que alguien se había cruzado en su camino, y por pura coincidencia, malévolo capricho del destino, Chrys y el individuo chocaron, ambas miradas se encontraron, y Chrys supo que su día se complicaría.
Veronika O´Hara...
Varios recuerdos se habían arremolinado en la cabeza de Chrys, desde el preescolar Veronika había sido su némesis, sin ninguna razón en específico en realidad, Veronika la odiaba, la intimidaba, la amenazaba, ella era la principal razón por la cual Christina Blakeney era una inadaptada social, o así era en la mente de Chrys, donde su plana personalidad, como ella misma la denominaba, era brutalmente aplastada por la imponente rubia de 1.70 de estatura, un cliché adolescente: hermosa, largo cabello lacio, redondos ojos aqua de muñeca, cuerpo de diosa, piel blanca perfecta, labios rosas, porrista, la abeja reina; Veronika era todo y más, y aún así desquitaba su odio con la triste, inadaptada, adoptada e invisible Chrys.
— ¡Fíjate por donde caminas, Rara! —exclamó con dramatismo la abeja reina, Chrys solo suspiró.
— Lo lamento —respondió Chrys en voz baja, Sue solo la tomó del brazo y trató de abrirse paso fuera del peligro, sin embargo, las secuaces de Veronika, Magda y Chloe, detuvieron a Sue y acorralaron a ambas chicas.
— ¿Lo sientes?, oh en verdad lo sentirás, esta es una blusa Channel de temporada, y tú la manchaste… —dijo Veronika a Chrys enseñándole una diminuta mancha marrón en su blusa rosa— ... tendrás que pagarla, pero sabes, eso no será suficiente… —dijo antes de tomar a Chrys del cuello de su camisa.
— Chicas, ya deben ir a clase o llegarán tarde —la voz de la profesora Grace de matemáticas salvó a Chrys, nunca había estado tan feliz de escuchar la voz de esa mujer.
Veronika soltó a Chrys y de inmediato se volvió a la profesora, y con su radiante sonrisa de comercial le dijo que ya estaban en camino, sin embargo esa sonrisa angelical desapareció cuando volvió su mirada a Chrys.
— Ni creas que te salvarás de esta —murmuró antes de irse.
Sue y Chrys la observaron irse, decidieron esperar un poco para no encontrarla de nuevo.
— Es una arpía, espero que nunca se case y caiga en la miseria, espero verla pidiendo limosna en una esquina y reírme en su cara —dijo Sue, Chrys la miró extrañada.
— Eres una persona muy oscura Susy.
— Y tú eres demasiada luz Chrys, no deberías dejar que te trate así —respondió Sue, estaba muy molesta, y así siguió el resto del día, murmuraba cosas entre dientes y lanzaba miradas asesinas a Veronika en cada clase que tenían juntas, Sue era una bestia dentro del cuerpo de una muñeca.
Al terminar el día, Chrys logró escabullirse y escapar de la ira de Veronika, sin embargo, no huyó de las quejas de Sue, quien insistía en que tuvo que enfrentar a Veronika y no dejar que la humillara, Chrys solo asintió, sabía que jamás lo haría, no tenía la voluntad para enfrentar al dragón, solo esperaba sobrevivir.
Por la tarde, después de su habitual cena con sus padres y su habitual plática sobre su día, Chrys salió a dar un paseo, tomó su bicicleta y aceleró hasta la playa, era un hermoso atardecer, ella tan solo cerró los ojos y sintió el viento en su rostro, agradeciendo internamente tener un momento como este para ella sin su amiga la valiente ni la rubia que la acosaba, solo ella, el viento, el atardecer, y el pesado medallón que ahora colgaba en su cuello por debajo de su suéter tejido color carmesí, como si fuera ya parte de su cuerpo.
Después de unos minutos de camino, llegó a la playa, silenciosa y cristalina, a paso lento se acercó a las piedras que se amontonaban como montaña, el mismo lugar donde varios años antes Martin y Leila la habían encontrado, subió hasta un punto donde la vista era excepcional y deseó que ese momento fuera eterno, solo en ese lugar Chrys Blakeney era Chrys Blakeney.
— Sabía que te esconderías aquí maldito gusano —una temible voz sacó a Chrys de sus pensamientos, era Veronika, por alguna loca razón había decidido buscarla para atormentarla, en verdad esa mujer no descansaría hasta que no destruyera a Christina por completo.
Veronika iba acompañada por sus dos inseparables compañeras del terror, Magda y Chloe, lindas chicas, invisibles a lado de Veronika, las tres arpías subieron hasta donde se encontraba Chrys quien solo las miraba con resignación.
— Eres una cobarde, eres una mancha gris en el mundo, solo existes para robar el oxígeno que otros pueden ocupar ¿y aún así creíste que podías manchar mi blusa favorita y simplemente escapar? —comenzó Veronika mientras caminaba amenazante hacia Chrys, quien solo pensaba en cómo la vida sería más sencilla si tan solo supiera cuál era el problema de Veronika con ella, jamás lo había tenido claro; sí, era una cobarde, sí, era insignificante, ella lo sabía, pero ¿qué había hecho para merecer el odio de esa chica desde el primer momento en que se conocieron? Chrys estaba decidida a preguntar de una vez por todas, tal vez, el problema se resolvería y ellas podrían ser amigas o por lo menos corteses la una con la otra.Chrys tragó saliva y abrió la boca, en cuanto estuvo a punto de articular una palabra, una luz brillante apareció entre los últimos rayos de Sol justo frente a las chicas, Magda y Chloe corrieron lejos de las rocas asustadas por el extraño destello, dejando a su líder y a Chrys atónitas observando aquél resplandor boquiabiertas, entonces varias voces se escucharon, y de aquella refulgencia, salieron varias figuras que parecían estar luchando entre sí, las voces revueltas hacían notar la enemistad entre los sujetos, cada bando tomó una chica y saltaron de regreso a la luz, fue cuestión de milisegundos. De un momento a otro, Chrys y Veronika fueron secuestradas por extraños y llevadas a una luz que se desvaneció en cuanto las personas saltaron a ella, esa no era una historia sencilla de explicar para las pobres Magda y Chloe.
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Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]
FantasíaEn el Inframundo una guerra se ha desatado, cuatro hermanos pueden detenerla, solo siguiendo un camino de sangre, traición y hermandad. Del Poema de la Creación y Destrucción