- Sorya, tú has estado aquí desde mi Madre ¿cierto?- preguntó Chrys ignorando la curiosidad de Sorya.
- Sí mi Señora, durante la formación de las Señoras Oscuras se les asigna una dama de compañía que llegado el momento puede ascender con su Señora Oscura o retirarse, hasta el momento todas han ascendido.- explicó la mujer.
- Excepto tú, porque mi mamá nunca ascendió- confirmó Chrys regresando su mirada hacia las hortensias azules.
- No, mi deber era cuidarla a usted, pero como ya lo mencionamos antes, nosotras no estamos preparadas para protegerla del peligro de ese entonces por ello usamos la Lanza de la Reina para abrir el portal hacia el mundo de los humanos y la enviamos lejos antes de que el intruso tomara la Lanza.- Sorya recordaba aquella noche mientras hablaba, junto a Olivia con sus soldados y a Feris sin mayor poder que el que confería la Lanza.
- ¿Dónde estabas esa noche?-
- ¿Mi Señora sospecha de mí como cómplice de la Bruja Van Durguen?- preguntó Sorya algo herida.
- No, si hubieras estado de su lado no hubieras evitado que me quitara mis dones de Señora Oscura, y le hubieras dicho a dónde me habían enviado...- Chrys reflexionó un momento sus palabras, de inmediato relacionó "La Bruja Van Durguen" con la matriarca de aquella familia. -... ¿Olivia?, ¿Olivia Van Durguen asesinó a mi Madre?-
- Sí mi Señora, lamentablemente robó la Lanza de la Reina y tomó el trono del Inframundo, sin una Señora de la Oscuridad no hay manera de negar el reinado de Olivia, pero ahora que está usted aquí, como Señora de la Oscuridad es su deber coronar al Rey del Inframundo, o quitar el título, usted puede quitarle la Corona a Olivia.- expresó Sorya esperanzada, Chrys continuaba aturdida, Olivia había asesinado a su Madre, no le sorprendía, pues sabía que ahora amenazaba su propia vida, tampoco sentía un apego hacia Feris como para lamentar su muerte como una hija, pero sentía empatía por el amor que Feris sentía por su padre desconocido, una amor parecido al que ella sentía por John a pesar de todo.
- Puedo terminar esta guerra sin que nadie más muera-
- Mi Señora, por más que eso sea posible, por ahora no debe arriesgarse, Olivia tiene la Lanza y usted no está completamente entrenada, podría lastimarla.- Sorya estaba preocupada, no podía perder a otra Señora Oscura, recordó a Feris, y cómo crecieron juntas cuando fue elegida como la nueva Dama de la Señora Oscura, Feris había sido como una hermana, la recordó alegre entre sus flores, y el día que aquel hombre le regaló un ramo de hortensias azules, desde entonces Feris creció hortensias azul celeste por todo el jardín en nombre de su amado, a quien perdió tras el nacimiento de Chrys, esa niña era lo último que le quedaba de Feris, sentía la necesidad de protegerla aunque su cuerpo no estuviera hecho para ello.
Lo que más le sorprendía a Sorya era la presencia tranquila, casi ausente de Chrys, no era propio de una Señora de la Oscuridad, su aura se podía mezclar entre su alrededor, como si fuera una con el entorno, en ese momento Sorya lo relacionó con la pesada vida llena de incertidumbres de Chrys y su desconcierto ante muchas cosas ajenas a su realidad pasada, pero la verdad era mucho más compleja, y quien conocía la respuesta tan solo observaba desde las flores, desde el viento, desde el Sol.
- Tienes razón, yo sola no podría, no ahora, no los puedo arriesgar.- dijo Chrys pensando en sus hijos. - Sorya, cuéntame sobre la Oscuridad- pidió la chica, esperando encontrarse con el rostro de la Mujer Roja.
Sorya sonrió y la llevó hacia el interior de la mansión.
- Esta casa fue creada muchos siglos atrás, cuando los cuatro vientos se fusionaron y dieron origen a las primeras Señoras de la Luz y la Oscuridad, se dice que la guerra que acabó con los cuarto vientos fue a causa de un hombre por lo que se les ordenó a las nuevas Señoras que su casa solo fuera de mujeres y solo cedieran su título a una hija, los hombres serían solo sacrificios...- Chrys y Sorya caminaron por la mansión, a través del recibidor subiendo por la escalera dorada, el papel tapiz que cubría las paredes era azul celeste, como las flores, pero con cada paso que Chrys daba las paredes cambiaban a un tono rojizo, la chica miró con asombro el mágico cambio.- ... La mansión cambia de color con cada Señora de la Oscuridad, debo reconocer que me agrada más la elegancia del rojo en las paredes...- explicó Sorya en silencio alegre de al fin deshacerse del azul celeste con el que Feris estaba tan obsesionada, entraron a la habitación principal, amplia con una enorme cama acolchonada también roja con detalles dorados y muebles de madera oscura, a un extremo de la habitación había un balcón que daba al jardín de la parte trasera, hacia un laberinto y un estanque.
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Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]
FantasíaEn el Inframundo una guerra se ha desatado, cuatro hermanos pueden detenerla, solo siguiendo un camino de sangre, traición y hermandad. Del Poema de la Creación y Destrucción