Olivia daba vueltas en su cama, su mente estaba desbloqueando recuerdos que había enterrado muchos años atrás, «¿Por qué ahora?», lastimó a John sin piedad alucinó en plena consciencia.
Los fantasmas la visitaban.
— Ary... —recordó al niño del lunar, extendió su brazo al lado vacío de la cama, se dio cuenta que solía dormir en un solo lado de su amplia cama, ¿por qué?, sujetó con fuerza la sábana del costado vacío y volvió su mirada, de repente en el lugar se materializó una silueta masculina, de largo cabello ondulado, Olivia no veía el rostro pero reconoció la figura a su lado.
— ¿Zore? —Olivia se incorporó de inmediato y ante sus ojos, la figura de su fallecido esposo cambió de forma y su silueta corpulenta se volvió más estilizada y la cabellera ondulada se volvió más larga y lacia— ...Rage —Olivia comenzó a llorar, ocultó su rostro entre sus piernas, no quería ver esos fantasmas a su lado.
Entre llantos ahogados, la mente de Olivia le obligaba a ver un recuerdo enterrado… el cómo llegó ella a donde estaba ahora mismo.«…»
— ¡Oli, no me dejes! —gritaba una pequeña niña vestida con una larga bata rosa de mangas amplias y un cinturón de tela en la cintura de una tonalidad dorada, la niña de ojos negros rasgados corría con su larga cabellera lacia negra suelta hacia una niña un poco más mayor que ella, con una vestimenta similar pero en tonalidades púrpuras, la niña mayor estaba acompañada de un varón con las mismas características físicas que ellas y una bata igual pero en color negro y plateado.
— Rápido Celeste o harás que Hermano llegue tarde —la joven Olivia de 15 años dijo extendiendo su lívida mano a su pequeña hermana de 10 años, Rage sonrió al verlas, en ese entonces Rage Van Durguen tenía 17 años, y tanto él como Olivia ya tenían los característicos ojos púrpuras, Celeste era muy pequeña y aún no pasaba por la transformación, sus mejillas aún eran rosadas y vivían tiempos en los que los días en las Montañas Púrpuras eran los más felices.
Los tres volvieron a casa donde sus padres los esperaban, Bluü se acercó a su hijo y con orgullo acariciaba los pliegues de su bata azabache, Pain tan solo suspiró al confirmar que su familia prosperaba.
— Oh Reggie, tu primer día en la Academia, serás un magnífico espadachín, los Reyes estarán muy complacidos al ver lo magnífico de la sangre Van Durguen — chillaba Bluü acariciando el cabello de Rage mientras el chico la miraba con una ceja arqueada.
— Cada vez los Rider aprecian más nuestra estirpe, el Rey Gaspen siempre ha sido partidario de la sangre pura. — comentó Pain sirviéndose un vaso de licor de col.
— A pesar de él mismo ser un myisling —señaló Olivia, Pain le sonrió a su hija.
— Oli, querida, ten un poco de compasión, nunca podrán ser tan puros como nosotros, jamás tendrán la fuerza de nuestro amado Rage, es por eso que entrenará muy duro para apoyar a nuestro débil Rey. —se burló Pain, la familia rió.
Eran tiempos sencillos, recordaba Olivia, cuando su única preocupación era ser una dama perfecta y complacer a sus padres para ganarse el favor de su perfecto matrimonio.
Por la noche, cuando todos se fueron a dormir, Oli dejó su ventana abierta y esperó en su tocador, unas horas después una figura entró en su habitación.
— Rage. —murmuró Oli, su hermano la miró con mirada traviesa y sin hablar la abrazó con fuerza.
— Oh no sabes cuánto necesitaba esto. —suspiró el chico mientras inhalaba el olor a flores de Olivia, la chica se aferró a su pecho, levantó la mirada y plantó un dulce beso en los labios de Rage.
— ¿Qué tal tu primer día? —preguntó la chica, Rage se separó y se sentó en su cama chasqueando los dientes.
— Es un horror, odio blandir la espada, si no tuviéramos armas, no habría guerras, además, ¿para qué nos volvemos guerreros, no se supone que Gaspen es el Rey de todo? —se quejó Rage, Oli rió ante la inocencia de su hermano, siempre había sido un hombre de paz, un hombre bueno, la chica se sentó a su lado y acarició su frente.
— El Rey necesita hombres como tú a su lado para protegerlo de cualquiera que quiera atentar contra la paz que tanto defiendes —dijo Oli, Rage sonrió.
— Oli, eres demasiado inteligente, soy demasiado afortunado. —Rage se lanzó a su hermana para abrazarla, el despertar de la madurez de los hermanos era acompañado por un amor más allá de lo fraternal, un amor prohibido.
ESTÁS LEYENDO
Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]
FantasiEn el Inframundo una guerra se ha desatado, cuatro hermanos pueden detenerla, solo siguiendo un camino de sangre, traición y hermandad. Del Poema de la Creación y Destrucción