- Impresionante la rapidez con la que se prepararon para nosotros, no esperaba menos del General.- Dijo Rick con el porte más altivo que jamás haya utilizado, Reign le sonrió maliciosamente, "¿General?" pensó, ¿acaso lo había llamado General?, echó una miradilla rápida a su traje de soldado, estaba utilizando las bandas y la capa plateada de Teniente, John utilizaba los emblemas dorados de General, solo había una razón por la que el sucio Lobo lo llamara General, John le había contado del plan de Olivia, Reign únicamente sería General una vez que John se volviera Rey, el myiesling había hablado seguramente, no había otra explicación, tenía que encontrarlo, Jonathan era un doble agente, ¿pero de quién?.
Reign levantó su espada sobre su cabeza, Rick hizo lo mismo, ambas espadas una dorada y una negra determinaban el inicio de una pelea sanguinaria, los arqueros llenaron el cielo de flechas, Rick estaba decidido a enfrentarse a Reign como venganza por Jim pero tan pronto como los soldados colisionaron el Teniente desapareció entre la multitud, Rick no bajó la guardia, su atención se dividía entre Nika que estaba siendo bien protegida por varios soldados mientras lanzaba flechas hacia los enemigos más cercanos, también buscaba a Reign entre los soldados temiendo algún ataque por la espalda y al mismo tiempo destruyendo a los soldados que se atrevían a enfrentarlo, la espada de su Padre era más ligera de lo que esperaba, pero aún así no estaba acostumbrado a pelear tan lejos de su oponente, para su fortuna, los números se emparejaron cuando Liam dio la órden y al menos un cuarto de la Armada Real se quitó la insignia de la familia Van Durguen y pelearon mano a mano en favor de los Rebeldes, era un movimiento ya planeado sin embargo, originalmente era John quien daría la órden.
Mientras la guerra estaba iniciando, John cumplía su papel dentro de la mansión como Guardian de los Nobles, permaneció en silencio observando a los refugiados, todos eran simpatizantes de Olivia, todos habían brindado por la caída de los Rider, y celebraban sus asesinatos a la Rebelión, y ahora estaban ahí, tranquilos, brindando por la muerte de los Rebeldes, mientras él era completamente ignorado enfrente de la puerta con su larga capa dorada, no había nadie más protegiendo el salón por dentro mas que él, y fuera, un pequeño puñado de soldados evitando que nadie entrara, o saliera hasta que el General lo ordenara, esos soldados habían sido elegidos para tener ese lugar pues no eran leales al Reino, o a la Rebelión, esos soldados morirían por el General Jonnas Van Durguen, o Jonathan Rider, el nombre no era relevante.
La única persona que no encajaba en la habitación era Linda, estaba sola al otro extremo de la habitación, desde que Damira había contraído matrimonio con el Conde, la pelirroja se había alejado de sus amigas, su nueva familia temían y odiaban a los Van Durguen, se sospechaba que habían tenido contacto con la Rebelión y la realidad era que los Allzaen, la nueva familia de Damira, habían sido un fuerte económico para la Rebelión, ellos habían proporcionado las herramientas para convertir la pólvora myiesling en las armas que ahora estaban en el campo, por ello, ningún Allzaen se encontraba en la habitación, eso sin mencionar la ausencia de la familia de Sera quien había cortado lazos con los Van Durguen desde la muerte de la chica.
Linda fijó su mirada en los helados ojos azules, se preguntaba qué estaba pensando, y si dentro de ese escalofriante ser aún estaba aquel niño de pies torpes que lloraba todo el día.
—Ahora— pensó John antes de sacar su espada limpiamente de su espalda y convertir la habitación en un mar de negra sangre.
Los gritos de horror sacaron a Linda de sus dulces recuerdos para encontrarse con la terrorífica escena, las venas alrededor de los ojos de John eran negras, y aunque algunos nobles trataron de defenderse a ellos y a sus familias, el sanguinario General rebanaba sus cuerpos con facilidad, 15..16...17, con cada vez que utilizaba el aumento de potencial, su cuerpo suplicaba por alimento, el vigésimo era el elegido, la vigésima víctima no murió por la espada de John sino por sus colmillos, salpicaba las paredes de la negra sangre, su mirada era borrosa, hombres, mujeres y niños todos caían por igual, su cuerpo reaccionaba en automático, se estaba acercando amenazante hacía la última persona viva en la habitación, por un momento la mente ebria de John le recordó aquel sueño.
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Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]
FantasyEn el Inframundo una guerra se ha desatado, cuatro hermanos pueden detenerla, solo siguiendo un camino de sangre, traición y hermandad. Del Poema de la Creación y Destrucción