Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]

Vyemfer parte I

El día anterior, antes de la visita a la plaza de Perkos, después de la revelación de John, la familia estuvo muy silenciosa, pensativa, la dinastía Rider aún vivía.

Red pasó el resto de la tarde dentro de su habitación segura, Tony lo acompañaba observando cómo el Príncipe hundido en sus pensamientos sorbía de su té de menta.
— ¿Red? —Tony no pudo evitar romper el silencio, el chico no respondió, seguía con aparente tranquilidad levantando la taza de porcelana bebiendo de vez en vez.
— Lo que John dijo, ¿ya lo sabías? ¿En la carta que te entregaron? —preguntó el pelirrojo, Red no pudo evitar soltar una risilla al escuchar la pregunta de Tony, sin mirarlo siquiera meditó su siguiente acción.
— Eres muy observador, demasiado para tu conveniencia —Tony arqueó una ceja ante la respuesta de Red.
— ¿Eso fue una amenaza? —preguntó Tony, Red dejó su taza y se volvió al chico con una sonrisa radiante.
— Claro que no tontuelo… por lo menos no mía… —se levantó Red de su silla y caminó hacia Tony con el andar de un gato salvaje. 
— ...pero escucha mi consejo, no te metas en los asuntos de nadie en este lugar, eso podría meterte en muchos problemas, y no quiero verte en la posición de aquel hombre... bajo la espada de Jonnas —dijo Red, su mirada ya no parecía tranquila, estaba angustiado, Tony lo analizó mientras acariciaba su mejilla.
— Entonces solo dime si la carta es algo de lo que tengamos que preocuparnos, Red no puedo protegerte si no hablas conmigo —insistió Tony, Red le dirigió una pequeña sonrisa.
— No por ahora, más no puedo evitar sentir que se acercan tormentas de destrucción...
Tony decidió no insistir en la conversación y solo abrazó a Red con fuerza.

En otra habitación, ese mismo día, Olivia llamó a su General y al Teniente.
— ¿Hasta cuándo ustedes dos dejarán esa absurda guerra fría? —preguntó Olivia con fastidio sentada frente a su escritorio en su oficina privada con ambos chicos frente a ella, John no dijo nada pero Reign estaba al borde de desatar toda su furia.
— Mi Señora, con todo respeto, actúo por mi cuenta dado a que no veo que el General movilice a las tropas para suprimir a los Rebeldes, se están organizando para atacarnos y nosotros no estamos haciendo nada. —reclamó Reign, Olivia dirigió su mirada a John como esperando una réplica, el ojiazul suspiró.
— Reginald, por acciones como estas es por las que no te cuento nada de lo que se descubre, los Rebeldes ya están organizados, y muy bien, es por eso que no los encontramos aún, el nombre de James Rider se confirmó hace unos meses pero tenemos que filtrar la menor información para poder interceptarlo. —explicó John.
— ¿Ah sí? ¿Y cuál es tu maravilloso plan? —Reign se mofó, Olivia solo los miraba. John meditó su respuesta— Braikos —respondió John, de inmediato captó la atención de Olivia.
— ¿Braikos? —preguntó Reign, John miró directamente a la Reina Madre con la frialdad que ella misma le había enseñado.
— Filtré información sobre el arribo de la pólvora myisling a ciertos soldados de dudosa lealtad, y estoy seguro que esa información llegará a los oídos de Rider, ya deberán estar preparando un plan para robar el motín, Rider se presentará, si no lo hace de igual forma sabemos cómo luce. —Olivia trataba de ocultar su sorpresa, Reign parecía más bien necesitado de una nueva misión.
— ¿Cómo luce?
— Buscaremos a un espectro de cabello negro con alguna habilidad elemental, viento, agua, tierra, fuego. 
— Jonnas hay miles de espectros allá afuera con esas características, ¡esa información es inútil! —reclamó Reign, John por primera vez miró al chico.
— Reginald, James Rider es un myisling muy poderoso, ningún rebelde, por más cercano a la descripción que te dí, sobresaldrá si no es James, espero seas lo suficientemente inteligente como para encontrarlo. —dijo John con algo de agresividad, Olivia sonrió divertida. 
— Mi Señora, ¿Podría pasar a retirarme? —preguntó John con una reverencia.
— ¿Por qué la prisa General? —preguntó curiosa.
— Una disculpa, sin embargo he quedado con mi Señora Esposa, nuestra Señora de la Oscuridad, en...asesorarla, con sus estudios personales. —la sonrisa de Olivia desapareció, Reign, notó la tensión que se había generado.
— ¿Estudios? ¿Así le llaman ahora al arte de reproducción? —dijo Reign, de inmediato Olivia y John pausaron su discusión mental para lanzar una mirada fulminante al despistado Teniente.
— Retírese General, mande mis más calurosos saludos a la Señorita Christina — Olivia despidió a John con falsa cortesía.
John hizo otra reverencia y salió de la oficina, una vez solos, ni Olivia ni Reign dijeron una palabra hasta no sentir que los pasos de John ya estaban lo suficientemente lejos.
— No lo hará, ¿cierto mi Señora? —Reign fue el primero en romper el silencio.
— No lo creo Reign, verás, ese es el mayor defecto de nuestro querido General, se encariña demasiado rápido, por eso nunca les di una mascota, los gatitos solo los hace más suaves y los distraen de sus deberes.  
— ¿Quiere que lo haga yo? 
— Discretamente querido, no queremos romper el corazón de tu hermano.
— No se preocupe Madre, ahogaré en silencio al gatito y mi hermano pensará que su mascota huyó.
— Buen chico —Olivia dirigió una dulce sonrisa a Reign quien le devolvió la sonrisa de un niño inocente.