Christina se encontraba nuevamente de incógnito en biblioteca leyendo el misterioso libro del fénix; al parecer, había más dimensiones además del Inframundo y el Mundo Humano, del cual provenía, mundos que estaban entrelazados y a los cuales podría visitar brevemente con los portales correctos pues contaba con la bienvenida de una llamada Señora de la Luz, quien, a su entender, era una opuesta a ella mas no su rival, según aquel libro, la labor de ambas era mantener una estabilidad y ser embajadoras de la paz y el entendimiento, entre Cielo e Infierno, Midbermonth e Inframundo, y sobre todo, mantener al Mundo Humano como el territorio neutral que está destinado a ser.
Poco a poco, Chrys comprendía lo extensa que era la realidad, se encontró con varias leyendas y personajes fascinantes, pero desde la última vez nunca más tocó el apartado de profecías, le causaba escalofríos; la única profecía que había leído seguía rondando su cabeza «[...] Y en la Luna Oscura el Dragón derramará sangre de inocentes y pecadores por igual en nombre de la justicia y la naciente Señora de la Oscuridad, y ascenderá como Señor temido al fin ante las puertas del inicio de una Era de Destrucción», no entendía por qué, pero sentía que ella era parte de esas palabras y no la hacían sentir nada mejor con su búsqueda de identidad; sabía, en su corazón, que ella era la Naciente Señora de la Oscuridad, ¿pero qué o quién era el Dragón que derramaría sangre?, el único dragón que conocía era Tony, pero no le parecía lógico que alguien tan bueno como él fuera a causar la muerte de tantas personas, decidió dejar de pensar en eso y leyó otro pasaje de la historia del Inframundo
—Bermonth de los Bosques de Hielo…— comenzó Chrys —...Nacido en las colinas congeladas del Bosque de Hielo, en una lejana villa de espectros, de padres campesinos, ansiaba el poder recorrer el mundo y conocer cada rincón del Inframundo…
Chrys continuó la historia, era tan entretenida como un cuento infantil que casi olvidaba que era en realidad una historia de ese mundo, un joven soñador que viaja en búsqueda de aventuras, por azares de la vida conoce a una princesa, con la cual no le permiten estar por ser un campesino, al mismo tiempo que trata de convencer al Rey de ser digno para su hija, lidera una revolución para liberar esclavos y exigir mejores oportunidades para las clases bajas del Inframundo, con un magnífico final feliz, en el cual Bermonth logra ganar su rebelión y el respeto del rey, permitiéndole casarse con su hija con la condición de mantener el apellido real de la familia, siendo así Bermonth Rider esposo de Fenjä Rider padre de Beria y Findred Rider esposo de Clammen Rider, padres de Gaspen Rider esposo de Kira Rider, padre de Zorenag Rider, esposo de Olivia Rider, padre de Trekore y Argor Rider, Trekore esposo de Annelise, padre de Richard, James, Jonathan y Anthony, presuntamente todos fallecidos en la fatídica Noche de la Sangre del Lobo...
Chrys no pudo dejar de sentir cierto temor y tristeza por el fin del linaje real, al cual no había tenido la oportunidad de conocer… o eso pensaba ella.
No muy lejos de ahí Red y Violet jugaban una tensa partida de ajedrez, con Tony y Darren, uno junto al otro resguardando a sus amos.
—¿Qué tal te va con la princesa del terror?—comenzó el pelirrojo a su amigo mientras ambos contemplaban el jardín trasero de la mansión Van Durguen.
—¡Shh..! Te pueden escuchar— murmuró Darren, algo temeroso, como nunca lo habían visto Tony en su vida, el chico de rojos cabellos soltó una risilla.
—No, no pueden— respondió.
—Sí, sí podemos— indicó Red a sus espaldas, Tony dejó de sonreír.
—Estoy bien, gracias, y veo que tú también— sonrió Darren tristemente, a Tony no le convenció la respuesta de su amigo, al contrario, no se veía nada bien.
—Ugh, ya me aburrí, Darren vámonos de aquí— Violet se levantó de su silla y caminó hacia Darren.
—Mi Señora— el chico reverenció.
—Quiero ir al bosque— ordenó la chica, de inmediato liberó a Darren de su collar de seguridad y este se transformó, ante la mirada de Red y Tony, ambos volaron lejos.
Ya en el bosque Darren parecía nervioso, sabía lo que su ama planeaba hacer, lo había intentado muchas otras veces. Violet comenzó a caminar como gato salvaje alrededor del atractivo joven, sus ojos púrpuras se pasearon por todo el contorno de un asustado Darren.
—Por fin solos— dijo Violet acercándose al chico.
Desde que comenzaron a ser compañeros, no hace más de un mes, Violet siempre se mostraba especialmente interesada en su dragón, de una manera peligrosa, Darren lo había notado, pero mantenía su distancia sabiendo las consecuencias de seguir ese juego, por supuesto no tenía ni idea de que su amigo, el pelirrojo dragón jugaba con fuego con el heredero del trono, y ésta no era la primera vez que Violet intentaba algo tan directo.
—Sí mi Señora— respondió Darren con temor.
—Sabes, desde que te vi luchar en aquella Arena, supe que había algo especial en tí, no fue coincidencia que tú fueras mi Guardia— confesó Violet, era tan hermosa, cada vez se encontraba más cerca de Darren y sus largas pestañas negras revoloteaban con seducción ante la mirada temerosa del chico, se movía como una gata salvaje a su alrededor, acechando, hasta que su alargada mano pálida acarició su mentón, sabía lo que quería, pero Darren temía dárselo al mismo tiempo que temía negárselo, tenía que decidir, rápido, pero no sabía qué.
Cada vez más cerca.
El tiempo se acababa.
Para su fortuna un ruido en los arbustos alejó a la chica y ambos buscaron el ruido a su alrededor.
—¿Violet?— una voz profunda habló.
Era Guilt, sospechosamente solo, en el bosque.
—¿Padre?— preguntó Violet confundida.
Guilt se acercó, decidió no preguntar porqué su hija se encontraba sola con su Guardia en el Bosque sin una razón lógica, tal como él mismo vagaba por el bosque sin una explicación.
—¿Qué hace aquí Padre?— la pregunta más temida salió de los labios de Violet, Guilt se sintió traicionado, inocentemente esperaba que si él no preguntaba, ella tampoco lo haría.
—A veces un rey necesita caminar un poco— respondió Guilt robóticamente, Violet lo inspeccionó un momento, por su parte Darren había dejado de respirar, estaba tan asustado que se había petrificado en su lugar.
—Ah— fue lo único que Violet respondió, ambos se miraron en silencio por unos momentos.
—Seguiré, probablemente la Corte ya me espera— dijo Guilt al fin, con tal de huir de ese incómodo encuentro, sin mirar atrás Guilt continuó caminando lejos de los chicos directo a la mansión, aún podía sentir la mirada intrigada de Violet a su espalda.
Ya solos nuevamente Violet se dirigió a Darren.
—¿En qué estábamos?— dijo la chica con una sonrisa traviesa antes de lanzarse a Darren y besarlo sin dudarlo, el chico no pudo ni supo cómo defenderse, solo rezó porque nadie lo descubriera y que esto terminara pronto.
Algunas horas antes, aún con Chrys encerrada en la biblioteca leyendo Historia del Universo, John desaparecido en alguna misión sin sentido, aún antes del incómodo encuentro entre Violet y Guilt, en una cabaña internada en el bosque, a lado de un arroyo en el centro de un claro en lo más profundo del bosque, Zelya había logrado escaparse, pues Olivia había decidido que hoy era un buen día para acompañar a John a su misión, en su mente, algo así como un tiempo de caridad en su enfermiza relación de madre e hijo, por lo tanto Zelya era libre, huyó a aquella cabaña sin que nadie lo notara por medio de un túnel secreto desde el suelo de su cabaña en el Establo, y ahí, en aquella cabaña en aquel claro, Guilt la esperaba, con una amplia sonrisa.
—Llegaste— saludó Guilt mientras la abrazaba con fuerza, Zelya respondió el abrazo, y se sintió segura como no se había sentido en mucho tiempo.
Guilt y Zelya.
Ellos habían comenzado su relación al poco tiempo en que éste se convirtió en Rey, Zelya había decidido no volver a enamorarse, no después de la última persona a la que había amado, también un Rey.
El odio entre Zelya y Olivia iba más allá de tan solo la diferencia en especies, Zelya, la ahora Guardia Corcel de la Reina Madre, había sido novia e incluso prometida del ahora fallecido Zorenag Rider, hasta que la política decidió que Zore tenía que casarse con Olivia.
Y ahora, muchos años después, Zelya volvió, y otro Rey robó su corazón, uno ingenuo y muy infeliz, otro aventurero, otro vampiro de sangre real, y uno más relacionado con Olivia, y aún sabiendo todo eso, Zelya se entregó, en alma y cuerpo al amor de aquel hombre que planeaba meticulosamente el cómo y el cuándo ambos huirían de aquella pesadilla.
Guilt la examinó después del abrazo, acarició su rostro mientras Zelya admiraba la belleza de aquel pálido rostro, el contraste entre sus ojos, su piel y su oscuro cabello lacio cayendo sobre sus hombros, no pudo evitar sonreír.
—¿Estás bien?— preguntó con voz suave Guilt.
—Sí, aunque cada día es más difícil esconderlo— confesó Zelya poniendo una mano en su vientre, Guilt sonrió y acarició el torso de Zelya.
—Resiste, verás que para cuando ella nazca, los tres estaremos muy lejos de aquí— dijo Guilt con un optimismo casi infantil.
—¿Qué hay de tus hijos?— preguntó Zelya, Guilt la miró confundido—¿Qué hay de Red, se quedará?
Guilt tensó la mandíbula.
—Él estará bien, ya está todo arreglado, Friedrich me ayudará con él— indicó Guilt, Zelya lo miró aún más confundida.
—¿Friedrich… Friedrich Fellington?
—Sí
—¿Por qué?— preguntó Zelya.
—Zel, ya lo sabes, Fred siempre ha sido muy claro en sus intenciones con Reddy, y Red está interesado en él, Fred vendrá, se quedará un rato y en cuestión de días ambos estarán navegando muy lejos de aquí, yo haré como si estuviese muy ofendido porque un sucio marino se robó a mi hijo, pero ya que tú y yo también hayamos huido los cinco nos encontraremos en las tierras del Oeste, claro, posiblemente nos estén buscando así que tendremos que huir al mundo mortal
Zelya se encontraba perpleja, una vez más su amado Van Durguen había planeado todo, pero Zelya solo podía pensar en que tal vez ya era demasiado tarde para que el joven Fellington tuviera su final feliz con Red, pues el príncipe parecía más interesado en el nuevo pelirrojo a su lado, parecía que Guilt aún no notaba ese pequeño detalle.
—Guilt, debemos tener un plan B en caso de que Red no huya con Fred— Guilt rió con ganas, se acercó y besó la frente de Zelya.
—Red estará bien, él saldrá de aquí, con o sin Fellington, lo más importante es que ella salga de este lugar— dijo Guilt antes de inclinarse y besar tiernamente el vientre de Zelya, la rubia rió y buscó el rostro de Guilt para plantar un beso intenso, y disfrutar de su tarde juntos, pretendiendo que nada ni nadie los lastimaría jamás.
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Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]
FantasiEn el Inframundo una guerra se ha desatado, cuatro hermanos pueden detenerla, solo siguiendo un camino de sangre, traición y hermandad. Del Poema de la Creación y Destrucción