Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]

Kega II

Ahora sí, solos Red se dirigió a Tony.

—¿Rider?— dijo incrédulo, Tony se acercó y acarició la mejilla de Red.

—Eso no cambia nada.—

—¡Claro que sí!, lo cambia todo, por eso cuestionas los actos de mi familia, te hace parte de los Rebeldes, los que trataron de matarnos en Braikos.— Tony lo miraba con gesto tranquilo.

—Sé que tengo mucho que explicar, pero no puedo hacerlo solo, quiero contarte todo, pero también quiero saber si estás conmigo.— Red sintió como si su corazón inerte se detuviera, sabía a lo que se refería.

—Yo...— los ojos de Red se inundaron, Tony se acercó y abrazó a Red suavemente.

—Pase lo que pase, nunca dejaré que te ocurra nada, y esa promesa a tu Padre es real, no importa el rumbo que tome esta guerra, él perdonó mi vida y yo haré lo mismo por él, haré lo mismo por tu familia, lo prometo.— dijo Tony, Red se escondió en el pecho del dragón y sollozó con confusión y alivio.

A petición de Tony, Red llamó a John y a Chrys a su salón privado, temía lo que fueran a decir o por qué en la explicación de Tony, John y Chrys eran importantes.

—¿Qué ocurre?— preguntó John con mirada asesina.

—El Rey Guilt sabe, Red también y voy a contarle todo.— comenzó Tony, la expresión de John estalló en horror e ira como Red nunca lo había visto, como si se tratara de alguien completamente distinto, Chrys parecía asombrada también.

—¡¿Qué saben?!, ¡No vas a abrir la boca Anthony!— señaló John mientras las venas de sus ojos comenzaban a tornarse negras.

—John— Chrys trató de tranquilizarlo.

—Saben quien soy, y voy a contarle todo a Red porque confío en él...—dijo Tony antes de volverse a Red con una pequeña sonrisa. —... y porque lo amo, quiero que esté a salvo de lo que sea que pase.— Red lo miró con asombro, no sabía por qué pero sentía como si las palabras de Tony hubieran sido más importantes de lo que parecían.

—¡¿De qué mierdas me hablas?!— rugió John antes de dirigirse a Red. —¡Tú!, ¿qué te pasa?, ¡es un niño, tiene solo quince años!— Red lo miró asombrado.

—¿Tienes 15 años?— Red le preguntó incrédulo a Tony.

—Yo tengo 15 años y eso no parece importarte— murmuró Chrys a John quien la miró exasperado.

Tony permaneció en calma, con una tranquilidad terrorífica.

—Por favor, disculpa a mi hermano, es un tanto sobreprotector.— dijo el pelirrojo,todos quedaron en silencio.

—¿Tu qué?— preguntó Red.

—Anthony— llamó John, Tony lo ignoró.

—Llegué a este lugar cuando tenía 3 años, fácilmente pude olvidar todo lo que viví antes de la Noche de la Sangre del Lobo, pero no llegué aquí solo, y mi hermano se encargó de que yo no olvidara...— Red no lo interrumpió pero pudo ver la mirada aterrada de John. —...Sé que eramos 4 en total, junto con mamá y papá, no recuerdo sus caras, recuerdo una casa grande con habitaciones más grandes de lo necesario, un jardín, una alfombra de rombos...¿roja?— dijo Tony, el gesto colérico de John cambió a uno de tristeza y nostalgia.

—Tenía detalles dorados, era la alfombra del recibidor.— afirmó John.

—Jonnas— murmuró Red al borde del llanto.

—Mi hermano mayor se encargó de recordarme detalles y momentos, él consiguió una única fotografía para refrescar los rostros de nuestros padres en mi mente, me recordó los nombres, Richard, James, Jonathan, no he visto a Rick, Jim desde aquel entonces, pero John ha permanecido conmigo y no sé qué sería de mí si él se hubiera olvidado de mí.— John se acercó al pelirrojo.