A la mañana siguiente, Red se paseó por los pasillos buscando a su tercer mosquetero para la misión de descubrir a Fred, Tony lo seguía de cerca, aún fastidiado pero a estas alturas ya no decía no a nada que Red pidiera, su mayor preocupación ahora era cómo sacaría a Red de esa basura antes de que los Van Durguen fueran procesados por sus delitos contra los Rider.
— ¡Johny! —Red llamando a su hermano sacó a Tony de sus pensamientos para encontrarse con un rostro aún más fastidiado que el suyo.
— Buenos días Reddy
— Estoy buscando a tu esposa~ —John arqueó las cejas.
— Está aún dentro. —respondió John señalando la puerta a su lado derecho.
— Perfecto, Tony espera aquí. —Red sin dudarlo abrió la puerta de la habitación, estaba aparentemente vacía, se sentó frente al tocador a esperar, la chica debería estar en el baño o en su guardarropas.
Afuera, Tony y John quedaron en silencio, sorprendidos por la confianza con la que Red invadió la privacidad de la pareja, John aprovechó el momento.
— Jim envió una carta. —murmuró mientras entregaba discretamente las hojas dobladas, Tony se volvió a él sorprendido al mismo tiempo que guardaba la carta en el bolsillo de su pantalón.
— ¿Porqué?
— Quiere asegurarse que las cosas están tranquilas aquí.
— ¿ Y lo están? —John encogió los hombros ante la pregunta de Tony.
— Nadie ha cuestionado nada, Fellington está merodeando, Olivia está tranquila, Reign no ha vuelto a tratar de llamar la atención...
— Espera, ¿Fellington? ¿Qué tiene que ver ese tipo? —interrumpió Tony.
— No estoy muy seguro pero hazme un favor —dijo John, Tony lo miraba confundido, estaba acostumbrado a que John no le contara mucho sobre la Rebelión ya que sabía que John quería mantenerlo lo más lejos posible de la sangre.
— ¿Con Fellington?
— Él y Red eran... cercanos, él tratará de acercarse, manténlo cerca, cualquier cosa extraña que notes de él dime. —ordenó John, esta era la primera vez que John le pedía alguna misión que lo involucrara a la causa Rebelde, Tony asintió, John se encaminó a su rutina matutina con los sobrevivientes de su Armada, Tony lo detuvo.
— John. —llamó, el ojiazul se volvió a él.
— Salúdalos por mi. —sonrió el pelirrojo, John le devolvió el gesto con tristeza, John había tenido la oportunidad de ver a sus hermanos en algunas ocasiones a lo largo de esos años, pero Tony jamás había abandonado los terrenos de la mansión sin su "amo", por lo que él no conocía los rostros maduros de Rick o Jim, sabía de ellos por las cartas que intercambiaba con John y que el rubio leía para él pues él por sí solo no podía.
Desde su unión con Red, el Príncipe se había encargado de darle clases particulares en lectura y escritura más no era suficiente aún, John estaba consciente del analfabetismo de su hermano y de cómo tenía que imaginar a los miembros de su familia en base a la vieja fotografía que John tenía en aquella libreta y los breves recuerdos del chico como infante, conforme los años fueron pasando la mayor motivación de John era liberar a su hermano y poder presentarle a aquellos niños con los que recordaba jugar en algún momento. John continuó su camino y Tony esperó a Red.
Nuevamente en la habitación, Chrys salió del guardarropa con su ligero y casual vestido amarillo, se exaltó al ver a Red curioseando entre su escaso maquillaje dando con la espesa base que John utilizaba para ocultar sus pecas.
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Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]
FantasyEn el Inframundo una guerra se ha desatado, cuatro hermanos pueden detenerla, solo siguiendo un camino de sangre, traición y hermandad. Del Poema de la Creación y Destrucción