- Papi- sollozó Linda casi olvidando no tocar los barrotes de las celdas, Argor trató de acercarse lo más que pudo, pero su brazo izquierdo estaba encadenado a la pared para evitar que se moviera de su lugar.
- Linda, mi amor, tienes que irte, este lugar no es seguro, cada cierto tiempo liberan pólvora myiesling para anular nuestra fuerza, tienes que irte, te matará la próxima descarga.- ordenó Argor con preocupación, Linda negó con la cabeza.
- No, tengo que sacarte...- la chica comenzó a secarse la lágrimas mientras buscaba el cerrojo.- ...una llave, las llaves.- recordó la chica, de inmediato corrió hacia las llaves colgadas al inicio del pasillo y con algo de torpeza intentó llave por llave hasta lograr abrir la celda con cuidado, evitando tocar cualquier superficie de metal, lo mismo hizo con las cadenas hasta que Argor quedó completamente liberado, tan pronto pudo, abrazó a Linda, la chica temblaba en sus brazos, su niña finalmente estaba con él, el abrazo fue largo hasta que su corazón se impregnó con el perfume de Linda.
- Trek- murmuró Argor tomando las llaves del suelo, tal como Linda lo hizo, abrió la celda y luego desencadenó al castaño inmóvil, Linda lo observaba con detenimiento, no podía ser él.
- Tío- Linda recordó a Trek, no podía ser posible que ese débil individuo que apenas respiraba había sido un día un hombre tan fuerte y admirado en el Reino, lo recordó montando su caballo, con su radiante sonrisa traviesa y sus redondos ojos guindas brillantes.
- Vamos, levántate, antes de que nos rocíen otra vez, no nos queda tiempo- Argor decía levantando a Trek.
- Hay una guerra afuera, no creo que debamos salir.- indicó Linda, mientras seguía a su Padre hacia las escaleras.
- ¿Una Guerra?- preguntó Argor confundido deteniéndose a media escalera.
- No sé mucho, no he salido, solo sé que Richard está afuera y John iba con él, el ejército de Olivia es peligroso.- indicó Linda, y por primera vez en ese rato, Trek se movió por su propia cuenta.
- ¿Ricky y Jojo?, pero son solo unos niños- murmuró hacia Linda, la chica lo miró con lástima.
Los tres salieron del calabozo, en el santuario el aire era más ligero, lentamente los gemelos se recuperaban.
- Argor- llamó Trek.
- Lo sé, lo sé.- respondió Argor, su voz cada vez sonaba más fuerte, tal como Linda la recordaba, decidido llevó sus manos a su espalda y con un ruido metálico, dos espadas cortas salieron de entre sus ropas, Argor era un myiesling y tal como John era tan fuerte que también llevaba una marca en la espalda, Linda nunca la había visto, era una serpiente con las fauces abiertas, amenazando con sus colmillos, usualmente aparecía enroscada alrededor de las dos espadas cortas pero ahora que Argor las tenía en sus manos, la serpiente se había enrollado en sí misma.
El hombre se giró a Linda.
- Debemos ir, tú quédate, mandaré soldados a que resguarden este lugar, no salgas hasta que yo venga por ti.- ordenó el hombre con sus fieros ojos guindas ante la mirada perpleja de Linda.
- Padre, no, por favor- imploró la chica tomando a Argor de la mano.
- Volveré por tí, si lo que mencionas es cierto, no podemos dejar que unos niños peleen nuestras batallas.- concluyó Argor antes de encaminarse junto a Trek fuera de esa prisión después de doce años.
Ambos estaban llenos de temor, inseguridad y sobre todo rabia, habían sido traicionados por su propia familia y ya venía siendo hora de una nueva reunión familiar.
Argor notó a los Soldados fuera del lugar, nadie olió sangre, y aquellos soldados lo sabían bien, a pesar de su apariencia, reconocía a su Rey, bajaron sus cabezas en señal de respeto al Rey Trekore Rider y el Duque Argor Rider, Trek caminó sin prestarles atención, en su mente solo se arremolinaban recuerdos, Linda había mencionado a Ricky el niño que apenas había aprendido a hablar ya no había parado, aquel con tantas energías que incluso Annelise había sugerido una correa para poder salir a pasear, y a Jojo, aquel que desde su nacimiento se mostraba idéntico a Annie, tan rubio y con la belleza élfica de Annie, lloraba tanto cada noche por temor a la Oscuridad, lloraba cuando se caía y cuando sus hermanos peleaban, lloró cuando nació Anthony pues pensaba que no lo querrían a él, era un niño tan frágil, no podía permitir que él estuviera en una guerra.
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Verso de Guerra [Poema de Creación y Destrucción]
FantasíaEn el Inframundo una guerra se ha desatado, cuatro hermanos pueden detenerla, solo siguiendo un camino de sangre, traición y hermandad. Del Poema de la Creación y Destrucción