70 | mel.

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— ¿Qué hace aquí? Es tarde, ¿no debería estar durmiendo en éste momento?

— ¡Ah, niña! Te veo por primera vez en años y lo único que haces es quejarte, ¡qué molesta! —exclamó con molestia la mujer, mirando a su nieta fijamente mientras fruncía las cejas—, él no me cae bien, llévatelo —añadió el un susurro, mirando de reojo a Jungkook, quien se había quedado en la barra del comedor, manteniendo un poco de distancia de las otras dos ante la inseguridad de saber si debería o no intervenir en la conversación.

Chaemyeong rió levemente, negando con la cabeza.

— ¿Eso qué tiene que ver? Te estoy preguntando otra cosa

La mujer mayor rodó los ojos mientras se cruzaba de brazos. Chaemyeong estaba cada vez más confundida.

— Discutí con tu padre —susurró, sin dirigirle la mirada—, sigue diciendo que no puedo hacer lo que quiera porque cree que voy a morir, ¡no está dejándome hacer nada ahora! Y tu madre se puso de su lado, y... No quería estar ahí. Es... Es aburrido

La menor sabía adonde se dirigía la conversación.

Durante años, el hijo mayor de la mujer se había encargado de cuidarla para evitar que su enfermedad avanzara; desde conseguir todos sus medicamentos hasta, literalmente, privarla de hacer cientos de cosas que habían comprobado hacía un tiempo que le provocaban recaídas. Sin embargo, la mujer quizá era más terca de lo posible, y siempre se empeñaba en seguir rompiendo las reglas.

¿No poder salir de noche? Lo hacía. ¿No poder esforzarse? También lo repetía cada día. No había manera de evitar que se comportara como un niño pequeño, y aquello probablemente había provocado que luego de un tiempo todos comenzaran a discutir.

— Y te escapaste de casa —supuso la menor, tras soltar un suspiro. La mujer asintió levemente, aún sin mirar el rostro de su nieta—, ¿y qué te hizo pensar que venir aquí era buena idea?

Aunque no intentaba ser borde, porque su confusión era genuina, era consciente de que su tono de voz la hacía parecer enojada.

— Siempre te pones de mi lado. Esperaba que ésta vez no fuera diferente...

La menor suspiró profundamente por centésima vez. Su mirada se dirigió hasta Jungkook con algo de resignación, y el susodicho soltó una risita al encontrarse con su mirada.

— Abuela, estoy fuera de casa por más de doce horas y apenas tengo días libres. No tengo idea de qué planeas que haga al respecto —susurró, relamiendo sus labios mientras regresaba la mirada a la mayor sentada frente a ella.

— Lo entiendo, de verdad, entiendo eso... Pero... Pensaba que quizá podría quedarme contigo unos días, ¿tal vez? —el rostro de la mayor demostraba esperanza. Chaemyeong no tenía idea de qué iba a hacer con aquello, y ella ni siquiera había terminado de hablar—, al menos hasta que tu padre considere dejar de tratarme como una molestia

— Ellos no te tratan como una molestia, Dios mío —interrumpió la menor, frunciendo las cejas—, se preocupan por ti. No puedes hacer cosas así todo el tiempo, es peligroso

— Chaemyeong, estoy vieja. A este punto, ya no me es relevante mi salud. Quiero pasar mis últimos días con felicidad, no privándome de todo por una enfermedad

La menor se quedó en silencio sin estar segura de saber cómo responder a aquello. No le agradaba en lo absoluto comenzar a ser vista por su abuela como una opción adulta que tomara decisiones importantes. Apenas podía arreglar su vida, ¿cómo era que le estaba pidiendo que la ayudara con la suya?

Sabía que no tenía mejor opción que aceptar que se quedara. La mujer no iba a regresar a casa incluso si ella se lo pedía, y era cien veces mejor saber que estaba segura a tener la idea de que podría estar en cualquier lugar. Aún así, ella no estaba segura de que le gustara la idea en lo absoluto.

❜ Big Hit's Soloist ── BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora