❜ Big Hit's Soloist ── BTS

86 | a quien miraste con tanto cariño que te hizo desfallecer.

Taeha observó con algo de confusión la escena frente a ella. Sus ojos recorrieron toda la anatomía de su nieta y después analizaron el rostro de Yeonjun y Soobin, mientras esperaba alguna palabra de parte de los dos chicos. Ninguno habló. Así que ella se vió obligada a hacerlo:

— ¿Cómo?

La respuesta era obvia; Chaemyeong había tomado, pero más que el qué había sucedido, ella quería saber el por qué. ¿Quizá no se habían dado cuenta de que estaban avanzando de esa forma? ¿Tal vez fue un juego de esos que acostumbran a tener los jóvenes para tomar? O quizá algo la había hecho sentirse lo suficientemente mal como para querer emborracharse de esa manera.

— Estábamos cenando. De pronto... Ella había tomado mucho. Y en algún punto se desmayó —responde Soobin, como si fuera su responsabilidad dar las explicaciones—, ¿no se enojará con nosotros al punto de jamás dejarla salir con nosotros de nuevo?

Taeha rió.

— Soobin, hijo, Chaemyeong es muy mayor como para que me enoje cuando toma. Además, no puedo prohibirle salir con la única gente que la ayuda a distraerse. Al contrario, gracias por preocuparse por ella y traerla a casa. Fue muy dulce de su parte —la mujer sonrió ampliamente, haciéndose a un lado—: entren, y déjenla en su habitación. Debe estar cansada.

Yeonjun y Soobin intercambiaron miradas intentando saltarse aquella responsabilidad. Soobin estaba seguro de que no sería él quien llevaría a la menor al interior de la casa, pero Yeonjun estaba haciendo su mejor esfuerzo para evitarlo: aún no estaba muy seguro de que aquello fuera una buena idea.

Incluso después de unas semanas lejos de Chaemyeong, en las que ni siquiera se había atrevido a buscar su nombre en Internet o avanzar en los artículos sobre su gira mundial, no había podido dejar de recordarla y su mente siempre tenía un poco de Chaemyeong en ella. No había un segundo en el que no la recordara, y apesar de que se había forzado a no enviarle ni un mensaje, cada noche se moría de ganas por desearle unas buenas noches, y cada día del show no podía evitar pensar en lo mucho que deseaba que todo saliera bien. Era su mente, pero todo en ella era Chaemyeong.

Estaba seguro de que ni siquiera Chaemyeong pensaba tanto en ella misma, como él lo hacía. Pero no quería incomodarla, así que evitó hacerlo con todas sus fuerzas.

Y había salido bien.

Hasta que se había visto sentado (a la fuerza, gracias a sus amigos) justo al lado de Chaemyeong.

Ambos habían intercambiado unas cuantas palabras y sus miradas siempre se encontraban mirando al otro, pero repentinamente Chaemyeong había comenzado a tomar en exceso sin darse cuenta y lo había preocupado.

Y así había sido como todos esos días evitando siquiera estar cerca de ella, se habían ido al caño. De pronto se había encontrado con la menor tomando su mano y ahora de alguna forma estaba cargándola hasta su habitación.

Sabía cuánto confiaba Chaemyeong en él. Y aquel era su mayor problema.

Si quería que aunque estuvieran cerca no pudiera volver a sentir aquellas mariposas en el estómago, entonces ella tenía que evitar tratarlo de formas que las generaran. Pero Chaemyeong no estaba cambiando con él, y aquello era tan malo como bueno. Yeonjun sentía la calidez y el cariño de ella, y le gustaba. Eso era lo malo. No podía sentirse así. No quería seguir sintiéndose así, si sabía que iba a salir aún más herido.

Sus ojos analizaron la anatomía de la menor frente a él. Chaemyeong se veía tan bien como siempre. Y se regañó a sí mismo por pensar en aquello, mientras giraba sobre sus talones, dispuesto a salir de la habitación de la menor.