❜ Big Hit's Soloist ── BTS

81 | letras.

Apesar de que estaba a tan solo semanas de comenzar su viaje por el país, Chaemyeong continuaba gastando horas en la composición de nuevas canciones. Y aunque era verdad que más de la mitad de todas las canciones que ya había terminado ni siquiera habían ido a segunda fase, para poder ver la luz alguna vez, ella no había encontrado hasta la fecha ninguna actividad que involucrara su trabajo que la hiciera entretenerse tanto como aquello.

Además, la presión que sentía por todo lo que tendría que comenzar a preparar dentro de poco seguía haciéndole daño, así que distraerse le venía bien.

Para su mala suerte, Mihee y Sara habían comenzado a trabajar en su próximo comeback, y aquello las había ocupado más de lo usual; la ausencia de Mel por su nuevo empleo como MC en un show musical, y lo que había identificado como trabajo en un nuevo proyecto en el que participaba Jungkook (y todo su grupo) la habían hecho, aún más, sobrepensar su futuro. Y, por consecuencia; encerrarse en sus letras.

Así que, si miraba en retrospectiva, encerrarse a escribir podría ser la mejor manera de concentrar su energía.

Pero en ese momento, su mente estaba en blanco.

Sus ojos estaban mirando fijamente el pequeño cuaderno frente a ella, pero sus dedos jugaban con el lapicero negro entre ellos y su atención había dejado de ser certera. Su mente divagaba entre trescientas cosas distintas pero ninguna era lo suficientemente relevante. Sus ideas parecían haber comenzado a diluirse entre su ensoñación y, de pronto, ni siquiera era capaz de darse cuenta dónde estaba exactamente; a pesar de que ni siquiera se había movido de su lugar.

Entonces, un llamado a la puerta.

La rubia dió un salto en su lugar por inercia, volteando de inmediato hasta la puerta que asumía debería estar entreabierta.

La presencia ante ella, sin embargo, aquella sí que era casi una ensoñación.

El pelinegro le dedicó una pequeña sonrisa; de aquellas que formaba cuando intentaba saludar pero no estaba lo suficientemente seguro de que fuera apropiado hacerlo.

— Hola —murmuró la menor, mirándolo, y aunque se le había hecho inusualmente reconfortante verlo ahí, también comenzaba a creer que se trataba de una alucinación.

¿De verdad estaba ahí? ¿Había pasado algo malo? ¿Qué lo había hecho querer verla, después de todo?

Quizá se trataba de algún comunicado del que ella no se había dado cuenta por estar ahí encerrada. Sus ojos se dirigieron hasta su celular, intentando encontrar alguna notificación que indicara un mensaje de su mánager. Sorprendentemente, no había ninguna.

— ¿Puedo pasar? —masculló el mayor, aún apoyado en el marco de la puerta.

La muchacha asintió de inmediato, volteando para mirarlo una vez más, como si intentara comprobar que realmente se trataba de él.

— ¿Estabas ocupada? ¿Interrumpí algo? —susurró, observando el desorden sobre la mesa frente a la menor.

Chaemyeong dudó unos segundos, mirándolo, pero respondió poco después:

— No realmente... —masculla, intentando resumir sus acciones—. Es complicado —añade, arrugando la nariz, mientras dirigía su atención también a todo lo que estaba frente a ellos.

Yeonjun sonrió por inercia.

— Creía que estarías ensayando para el concierto

— Aunque todo fue anunciado hace tiempo y se comenzaron a vender y comprar las entradas, aún no sé cuándo se supone que sea enviada a trabajar en ello —Chaemyeong comenzó a jugar con el lapicero entre sus dedos una vez más—. Comienzo a creer que la mayor parte de las presentaciones serán improvisadas de camino