77 | resignación.

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Cuatro horas antes.

El encuentro había sido inesperado y, a decir verdad, bastante casual. Seúl era bastante grande, pero por alguna razón ellos siempre terminaban encontrándose. Y aunque ambos tenían trabajos que terminar, ahí estaban, repitiendo una charla sobre algún tema que olvidarían en unas horas pero que les hacía reír con gracia en ese instante.

Gran parte de la tarde había transcurrido de esa manera, y ninguno de los dos se dió cuenta de que comenzaba a oscurecer en ese momento.

Chaemyeong sabía, en el fondo, que debía hacer algo importante en ese momento, pero no era capaz de recordar exactamente el qué. ¿Quizá debía comprar algo que su abuela había pedido? ¿Algo que se había acabado en casa? ¿Tenía que informarle de algo específico a Hwanyong? ¿O quizá simplemente era algún horario para el día después?

Ella lo había olvidado por completo, mientras seguía hablando con Jeon Jungkook.

Se habían encontrado en la salida del local de comida rápida y se habían mantenido juntos rodeando las calles de la ciudad menos transitadas, sin rumbo absoluto y centrados en las palabras del otro. Habían ido de Norte a Sur con tranquilidad e inconsciencia; habían hablado de todo y de nada con confianza. Y ahora, por alguna razón, habían terminado en uno de los parques de la ciudad, donde, debido a la hora, no había muchas personas en realidad. Chaemyeong apoyaba su rostro en sus rodillas mientras observaba al mayor con atención, a pesar de que en ese momento no estaba hablando.

¿Cómo había llegado ahí? Se preguntó a sí misma, mientras veía al más alto responder lo que, según había mencionado, eran mensajes molestos de sus compañeros y jefes. Sus labios presionados en una línea recta, mientras sus ojos saltaba de una esquina a otra en la pantalla de su celular; su cabello cubría gran parte de ellos, y era difícil adivinar si era del todo capaz de ver lo que sucedía en la pantalla de su celular. Los mechones oscuros altamente alborotados seguían moviéndose por la brisa fría de la noche, y sus labios eran cubiertos por el cubrebocas color negro que había mencionado usar para evitar ser reconocido a primera vista. Por alguna razón, ella había lamentado que eso estuviera ahí en ese momento.

Al sentir su mirada, Jeon levantó la propia para encontrarse con el rostro de la menor de inmediato. Aunque no estaba seguro de a qué se debía la expresión curiosa en los ojos de la menor, él la imitó de inmediato. Sus ojos recorrieron con lentitud cada facción en el rostro de la rubia, y se intentaron reponer con algo de dificultad de la agradable vista que aquel tinte le había dado a su rostro. Sus ojos, su nariz y sus labios; todo lo recordaba fotográficamente, pero jamás se cansaba de verlos.

El mayor dejó escapar una sonrisita mientras continuaba sosteniendo la atención de la más baja. Chaemyeong, relamió sus labios de manera inconsciente, sin saber a qué se debía la acción del otro.

— ¿Pasa algo? —formuló, luego de varios segundos más en silencio.

La rubia negó con la cabeza poco después.

Tras darle una mirada rápida a su celular para comprobar la hora, Jungkook giró en su lugar para quedar de frente a la menor, analizando su rostro una vez más. Su mirada recorrió su alrededor, justo detrás de Chaemyeong, con la intención de comprobar que no había personas siguiéndoles u observando.

— Qué bonita eres —pronunció repentinamente el muchacho, provocando que la expresión de la menor se tiñera de sorpresa por la repentina declaración.

❜ Big Hit's Soloist ── BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora