43 | silencio. (III)

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(⚠️) Trigger warning: angustia.

Jungkook había sugerido eventualmente a la menor quedarse con ella. Apesar de que interpuso una queja de inmediato, repitiéndole que podía regresar a casa sin problemas, él se mantuvo firme, y ahí estaban ahora.

Había pasado alrededor de una hora, y aún no se sabía mucho respecto a la situación de la muchacha en el hospital. Chaemyeong no había dicho mucho, apesar de que Jungkook se había mantenido hablándole sobre algunas de sus anécdotas con fans, y aunque ella no lo decía, agradecía su intento por ayudarla a distraerse. Y él había sido capaz de notarlo.

El mayor había decidido salir del estudio en búsqueda de un café para él mismo, y aunque la otra no lo pidió, había conseguido un refresco para ella también. En su opinión, le vendría bien tomar algo en ese momento.

Apesar de que Chaemyeong insistía en hacerlo mantenerse al margen y no preocuparse por ella, él seguía llevándole la contraria y, eventualmente, saliéndose con la suya. A la menor parecía no gustarle ser la persona en la que todos piensan o que hace que todos la protejan, ni le gustaba depender de nadie en ninguna circunstancia. Era testaruda, y siempre seguía intentando cuidar de la gente mientras se dejaba lastimar.

Lo peor de todo, era lo difícil que era darse cuenta de aquello. Incluso dándole atención, o manteniéndose al pendiente de lo que hacía con discreción, era difícil averiguar con veracidad cómo se sentía realmente o qué pasaba por su cabeza. Ella se veía buena entendiendo y leyendo a los demás, pero era imposible para los demás hacerlo con ella.

Jungkook se creía afortunado de ser capaz de reconocer sus actitudes, y cada día se cuestionaba si había más gente capaz de hacerlo. ¿Quizá se llevaba bien con Yeonjun porque él también la entendía? ¿Alguna vez habrá sido Taeyong capaz de hacerlo como él, o quizá él era mejor? ¿La conexión de ella con aquel muchacho había sido más fuerte e íntima, al punto de que ella incluso le hiciera saber las cosas sin que él tuviera que indagar?

El muchacho no se dió cuenta, pero sus propios pensamientos le habían hecho gruñir con recelo.

— Ah, Chae, ¿estás bien? —su ensimismamiento no le había permitido darse cuenta de la situación que se llevaba a cabo frente a él.

La menor sostenía la palma de su mano derecha con fuerza, mientras fruncia las cejas y miraba la mesa frente a ella fijamente: probablemente intentaba ignorar lo que había sucedido.

— ¿Qué sucede? —susurró, dejando ambos vasos sobre la mesa para tomar un lugar al lado de la más baja. La muchacha suspiró, dirigiendo su mirada hasta una hoja de papel frente a ella.

El muchacho soltó una risita; ella le siguió.

— Ah, me asustaste —volvió a hablar.

— ¿Lo siento? —replica la otra, dirigiéndole la mirada al muchacho a su lado con un dejo de inseguridad. Chaemyeong descubrió su mano, observando la pequeña herida que, si bien no era nada grave, dolía como si se le fuera el alma—, creo que este no es un buen día

— Mmm —el pelinegro le dió la razón, poniéndose de pie para recorrer el lugar en búsqueda de algún lugar que probablemente recordaba sin mucha claridad—, seguro que no. Habrá días mejores

Su voz no sonaba tan confiada como de costumbre: se le hacía difícil asegurarle a sabiendas de que por ahora todo el futuro seguía pareciendo poco brillante. Solo podía creer que mejoría.

❜ Big Hit's Soloist ── BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora