❜ Big Hit's Soloist ── BTS

80 | agonía.

— Durante toda mi vida fui comparada —susurró, bajando la mirada—. Viví en comparación a quien siempre fue superior, y cuando finalmente comencé a mejorar y descubrir en qué podía sobresalir, era demasiado tarde: ya era una sombra. El ser apagada por el sol es triste... Pero imagínate ser una estrella y ser opacada por el sol

Su expresión entristeció.

— Cuando era menor, estaba todo el tiempo concentrada en el bien común, al punto de olvidar que también necesitaba cuidar de mí misma. Puse todo mi empeño en hacer que quienes eran menores pudieran mejorar, en mantener nuestro nivel en una buena posición, en hacer que todas destacáramos como conjunto. Pero, cuando finalmente entendí que no estaba ahí compitiendo como un conjunto, fue demasiado tarde también

Sus ojos recorrieron todo su alrededor, en búsqueda de algo inexistente. Tras soltar una risita, continuó hablando:

— Siempre supuse que si todos los demás estaban bien yo podría desenvolverme bien a su lado. El problema fue que hice a todos destacar mientras continuaba descuidándome —hizo una pausa, observando fijamente un punto inexistente frente a ella—. Y entonces volví a ser una sombra. Y todas las memorias continuaban manchando mi subconsciente, y ya no quería que nadie más fuera capaz. No quería que nadie me superara. No quería que nadie me comparara. Quería ser superior a todos y ser fuerte ante todos. Quería ser quien llamara la atención, quería que me adoraran, que se mostraran a mis pies. Quería sentirme en la cima. Quería ser el centro de todo. Quería dejar de ser una sombra —las lágrimas comenzaron a brotar por sus ojos, y aunque lo había intentado evitar, ya no tenía sentido continuar—. Estaba cansada de que me dijeran en qué flaqueaba y que no reconocieran en qué destacaba. Quería que dejaran de compararme, que dejaran de verme como otra más. Necesitaba que me apreciaran también; quería recibir cumplidos también. Intenté tan fuerte, hasta el punto en que creía que simplemente estaban ignorándome. Llegué a creer que no estaba esforzándome lo suficiente y que por eso jamás había recibido cumplidos, llegué a pensar que quizá siempre había merecido ser la sombra

Sollozó, mientras cubría su rostro con sus manos. Una vez más, hizo una pausa, buscando las palabras adecuadas para hablarse.

— Cuando la vi, supe que ella era el personaje principal que destacaría hiciera lo que hiciera. Había sido bendecida con un don, con la capacidad de ser encantadora. Ella era la luna, el sol, todas sus estrellas e incluso el sistema solar entero. No podía compararme. ¡No importaba cuánto lo intentara! Yo sería inferior por el resto de mi vida —el silencio total se volvió un ruido ensordecedor que lastimaba sus ideas—. Ahí fue cuando nació la envidia: ¿qué había hecho ella para merecerlo que yo no había intentado ya? ¿Por qué ella tenía tanto y yo no tenía nada? ¡Quería ser ella! ¡Estaba celosa! ¡Ella siempre lo tuvo todo! —un sollozo ahogado en un grito—: era perfecta, era feliz, ¡y yo estaba harta de ser la sombra, quería ser la luz!

Ya ni siquiera era capaz de ver frente a ella. Sus ojos se habían nublado entre lágrimas, sentía todas sus emociones mezclarse entre sí en la capa superior de su alma y su corazón parecía desear dejar de palpitar en su pecho; sus dedos temblaban, sus piernas se tambaleaban, su garganta quemaba conforme continuaba hablando. Pero no iba a detenerse.

— Cuando fue aceptada quería estar tan feliz por ella. Hablé tan bien para ella —alzó la voz, porque se sentía ahogada en el silencio—. Pero en el fondo, estaba pudriéndome cada vez más. ¿Por qué ella y no yo? ¿Qué me hacía falta? ¿Cuándo podría ser como ella? Todo lo que tenía era lo que yo quería. Estaba celosa. Y nunca lo acepté, y tampoco se lo diré. ¡Quería ser ella! ¡Quería tener lo que ella tenía! ¡Nunca entendí qué necesitaba que hacer para conseguirlo! ¡No importaba cuánto trabajara, cuánto lo intentara, ni siquiera jugar sucio había funcionado! Quería todo lo que ella tenía...