Capítulo 41

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Narra Jack

El viernes por la tarde decidí escribir la respuesta de la maniática ahí en el estacionamiento del instituto. La verdad no había mucho que decir, era más para recibir pistas de ella.

Voy a admitirlo, esta situación de conversar por medio de notas con una extraña me ponía de correr. Pero, esperaba algún día conocerla.

Doblo el papel de manera característica y entro de nuevo solo para dejarla debajo de la puerta del salón. Sabía que el conserje iría a recogerla sino, ¿quién más? Es obvio que él ha de conocerla y que sabe de las notas que nos mandamos. Digo mandamos porque respondo a cada una de ellas..., y no, no soy admirador secreto de ella.

Salgo encaminándome despreocupado pero veo a un Travis agitado en el estacionamiento.

—Oye, ¿qué sucede? Si sigues dando vueltas así harás un pozo en el suelo.

—Lo siento, es que el conductor del bus no ha salido de la oficina y debo irme.

—¿Pero qué es esta falta de confianza? Yo te llevo, anda.

—No es que no, no puedes.

—¿Por qué no...? ¿Qué escondes?—entrecerré los ojos para que se sintiera amenazado y ni así lo escupió.

—Lo siento, no puedes.

Su actitud me pareció extraña pero confiaba en él, si no podía decirme debía de tener grandes razones, así que me comporté como un amigo razonable.

—Yo te llevo, prometo no preguntar.

—Está bien, pero hay una condición más.

—Dime...

Ahora sí me sentía inseguro

—No podrás entrar, puedes dejarme en la entrada o cerca del lugar si lo prefieres así.

—Está bien—suspiré—, todo por ti.

Él tomó el segundo casco y se lo colocó ansioso. Nunca lo vi así, y esperaba que no fuera mal.

—Pero apúrate, ¿qué esperas?

—Debes de decirme primero adónde quieres que te lleve, genio.

—Oh, sí. Vamos al hospital

—¿Hospital?

Mi tono fue más agudo del que planeaba. Les temía, y más a las jeringas. Uffff, mejor no pensar en eso. Soy cobarde, lo sé.

—Acordamos nada de preguntas...

—Está bien, está bien. Me rindo—dije levantando las manos en señal de rendición.

Este será un viaje muy largo, porque sí, un ansioso Travis es igual a un ansioso Jack.

Detuve mi moto frente al hospital, hasta la fachada me daba miedo. La verdad, nunca me gustaros los hospitales, mamá debía de levarme a rastras a citas o chantajearme al menos con algo que me gustara. Nunca entraría en ellos por mérito propio. Jamás.

Travis se bajó muy lento como si quisiera entrar y al mismo tiempo no.

—Anda, seguro no es tan malo como lo imaginas. Todo saldrá bien.

—Ti... tienes razón. Todo saldrá bien.

Se puso a mi lado, sonrió y me tendió el casco.

Yo lo vi desde mi sitio y él siguió sin mirar atrás. A saber a quién de sus familiares viene a ver, esperaba que no fuera grave, pues ni siquiera me permitió preguntar y por mí mismo no entraría ahí. Capaz y me desmayo, uy no.

No Te Enamores De Jack. ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora