No Te Enamores De Jack. ©

Capítulo 27

Narra Blade

Esta vez, me encontraba en un campo abierto. Había flores de muchos tipos y colores. El aire estaba fresco pero el sol estaba en su punto fuerte.

Caminé buscando a alguien más pero no había nadie. Me estaba desesperando hasta que una risa inundó mis oídos.

Volteé hacia donde provenía ese encantador sonido y me encontré con su dulce mirada.
Se veía tan bonito como lo recordaba. Llevaba el cabello peinado de manera formal y traía una camiseta de botones color lavanda, y unos pantalones de vestir.

No podía apartar mi mirada de él, quería encontrar algún detalle que me ayudara a encontrarlo. Que se grabaran en mi mente sus facciones.

Y como si supiera que no puedo siquiera moverme, comenzó a caminar en mi dirección. Lento y cauteloso. ¿Es así como debe de verse en los sueños? Sonreí ante la ocurrencia de mis pensamientos.

-Hola, Blade.

-Hola. - las palabras de atoraron en mi garganta. Su voz, sonaba tan madura para su corta edad, y su manera de pronunciar mi nombre era delicada.

Clavé mi mirada en la suya y varios recuerdos nos envolvieron a ambos.
Esto es demasiado para mí. Veía cómo todas las memorias giraban a nuestro al rededor comenzando a tomar una velocidad increíble.
El aire no me estaba llegando a los pulmones así que me fui alejando de su cuerpo.

Un paso
Dos pasos
Tres pasos

-No me olvides, Blade.

-No lo haré, solo dime tu nombre.

-Me llamo...

Me despierto alarmada. Otra vez ese mismo sueño. Llevo teniéndolo desde siempre, bueno, luego del accidente. Sé que olvidé muchas cosas debido al trauma del choque y de la muerte de mamá ese día. Pero, pese a la terapia y a la ayuda de papá seguía sin recordar a personas importantes.
Tenía la ayuda de las fotos y videos, pero las personas crecen y cambian. Los amigos y familiares de mi edad o cercanos son los más difíciles de identificar para mí.

Respiro hondo intentando tranquilizar mi respiración. Un leve dolor de cabeza a parece haciendo que me recueste de nuevo.

Es un proceso lento, eso dijo el médico.

Hoy es día de clases, jueves. Decido no ir. Luego pediré los apuntes prestados. Me siento agotada y las emociones las tengo a flor de piel.

Nina se remueve en su cama cuando escucha su despertador. Se queja y se sienta de lado con los pies al suelo. Está adormilada y ni ha reparado en mis ojos viéndola. Agarra una liga de su mesa de noche y recoge su pelo en una coleta. Suspira y abre sus ojos para seguir con su rutina diaria de día de clases y me ve.

-¿Qué haces despierta? Tu despertador no ha sonado aún.

-Tuve el mismo sueño de nuevo.

-Oh..., ya veo.

Veo que se torna inquieta. Ella quiere preguntarme si logré verlo o algo así, pero sé que teme hacerme sentir inútil por no saber nada más. No la culpo, incluso yo misma llego a sentirme así a veces.
¿Cuán diferente sería mi vida si nada de esto hubiera pasado? Si ese día no hubiéramos hecho ese viaje juntas con mamá.

-La repuesta es no.

-¿Ah? ¿De qué hablas?

-Sé que te preguntas si logré verlo en mis sueños, y la respuesta es no. Siempre es lo mismo, y los mismos detalles. Solo que esta vez escuché su voz.