Capítulo 54

386 23 4
                                    

Narra Jack

La vi bailando con su grupo de amigos y antes de pensar bien lo que estaba haciendo me acerqué a ellos y sus ojos fueron los primeros en verme. Que me va a dar algo.

Luego los otros chicos me vieron y dejaron de hacer lo que estaban haciendo, sus ojos posados en mí y sus caras confusas y algunas serias por poco y me asustan, pero logro actuar con confianza y armado de valor hablo.

—Hola, chicos.

—Hola—dijeron en coro.

—Quiero pedirles prestada a alguien.

Dije haciendo que mi mirada viajara directamente hacia Blade. Ella tenía la mirada clavada en sus zapatillas, y por un segundo pensé en irme creyendo que encontraba más interesante que aceptar mi invitación.

—Adelante—dijeron tres individuos, incluida ella.

Dios, creo que fue la única que no entendió mi indirecta.

Decido no decir nada más y estiro mi mano en su dirección.

Todos se quedan callados, y por un segundo creí oír un chillido de emoción proveniente de alguien en el grupo.

Quizás y ella sintió la pesadez del momento por tener todos los ojos puestos en ella y por eso levantó la vista para encontrarse con la mía.

Su cara es todo un poema.

—¿Puedes concederme esta canción?

—¿Ah?—una interrogante aparece en su vista y lo noto.

Debí saber que no funcionaría, quizás y ella no quiera esto tanto como yo.

Pero justo cuando pienso en darme por vencido y alejarme por no conseguir mi objetivo ella responde.

—¡Sí! Digo, sí.

Su tono emocionado me devuelve las ansias de bailar con ella y me uno a su grupo de amigos que ríe también por el tono de su respuesta, y luego ella se nos une.

Dios, se siente tan bien escucharla reír. Así, tan despreocupada.

Ella se despide agitando su mano, y me sorprende cuando toma mi mano izquierda.

Cuando la sostuve para invitarla a bailar del susto no la tomó, y que lo haga ahora me sorprende en el buen sentido. Tanto que algo en mi interior parece saltar, espero y no sea mi corazón, sino moriré de un paro sin antes haber bailado con ella.

Sería un fracaso total.

Llegamos a un buen lugar para bailar y me detuve para que ella me imitara.

Estaba tan nerviosa, podía percibirlo. No me quiere ver a los ojos, pero cuando lo hace le sonrío y ella me responde de igual manera.

¿He dicho ya cuánto me gusta su sonrisa? Pues lo reafirmo.

—Si te confieso que soy malo para bailar, ¿te reirías de mí?

Digo tratando de relajar el ambiente entre los dos.

—Solo un poco, quizás—afirma dejando aparecer una sonrisa aún más grande en su cara.

Yo me le uno y estallamos a carcajadas.

Irónico, ¿no? La he invitado a bailar y no puedo bailar, y peor aún, ni siquiera sé qué canción es la que está sonando.

—¿Y esta canción cómo se baila?

—Yo sé cómo se baila—dijo en tono jactancioso—, pero no puedo enseñarte mis tácticas de baile.

Esta chica es increíble, a este paso se robará mi corazón de nuevo.

No Te Enamores De Jack. ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora