No Te Enamores De Jack. ©

Capítulo 68

Le confesé que lo extrañaría muchísimo. Nunca lo había hecho, pero resulta cada día más complicado y más viendo que las parejas que conozco sí pueden estar juntas.

Incluso Lucas y su novia Dalia consiguieron entrar a la misma universidad para estudiar medicina. Enhorabuena.

Suspiro al cortar la llamada con Jack y Nina se acerca a mí rodeando la mesa de la cocina para llegar al mueble donde estoy recostada sin ánimo.

—¿Crees que logremos aguantar la distancia con los años?

—No será para siempre Blade, y Jack te ha demostrado que está dispuesto a esforzarse por lo que tienen. Sé que también te esfuerzas, no lo niego, y sé que tú estás consciente de ello, entonces ve el lado bueno de estar segura de que la contraparte está poniendo su 100% también.

—Tienes razón, pero es que se me hace tan difícil.

—Lo sé, así como también sé que no te rendirás. El tiempo se te irá volando si no te concentras en él y en la distancia. Disfruta el tiempo que estés en videollamada, o cuando se escriban y cosas así. Céntrate en el proceso de fortalecer su relación.

—Tienes toda la razón.

El resto de la noche me lo pasé resolviendo ejercicios de mi tarea de matemática, era un tema un tanto complicado y estaba en un arduo proceso para conseguir que un resultado me cuadrara cuando me di cuenta de que había empezado a llover.

La lluvia era bonita, y a la vez melancólica y triste. Le gustaba a la vieja Blade, pero ahora me encontraba pensando continuamente en cómo cambió mi vida por ese accidente y las escenas que rondaban mi mente, solo que ahora con más fuerza que nunca.

Traté de poner música, y Nina lo notó así que me sonrió desde la sala y yo le imité desde el otro lado en la mesa del comedor. Me coloqué mis audífonos y la voz de Niall Horan me inundó por completo.

Me enfoqué en terminar los ejercicios y así no pensar en la ansiedad que estaba creciendo en mi interior.

Voy a salir de esta, así como otras veces también lo hice. ¡Tú puedes, Blade!

Guardo todas mis cosas y ordeno mis libros para las clases de mañana. Y luego opto por alistarme para ya irme a dormir.

No tengo nada pendiente ya, y espero mañana pueda ser un día diferente, uno más tranquilo quizás.

Me despido de Nina con un buenas noches y un te quiero y ella se despide igual, no sin antes correr a mí para darme un fuerte abrazo que con gusto le devolví.

Creo que una de las mejores decisiones que tomé en mi vida fue haberla elegido como mi mejor amiga. Me ha demostrado con cada una de sus acciones cuánto me quiere, y eso me anima una vez más a luchar. Y eso hago, me centro en los motivos que tengo para estar alegre y agradecida.

Cierro la puerta tras de mí y me tiro boca arriba a la cama, aún con los audífonos puestos, para lograr conciliar el sueño.

Cierro los ojos para intentar dormirme pero mi mente me hace viajar a los momentos en que pude hacer frente a días como estos con la ayuda de las personas a quienes quiero. Como cuando papá se durmió haciéndome compañía en mi primera pesadilla, o cuando Lucas me preparó mi comida favorita un día de lluvia, o cuando Nina para distraerme se quedó a ver conmigo películas de Disney toda la noche, o como cuando Jack me abrazó en medio de los pasillos del instituto cuando tenía miedo.

Todos los recuerdos vienen a mí en ráfaga y me permito, en un impulso de valentía, quitarme los audífonos y escuchar el suave golpeteo de las gotas contra el cristal de la ventana. No son fuertes, pero aún así puedo percibir el revoltijo de mis emociones.