Capítulo 42

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Narra Blade

—¿Travis? ¿Qué haces aquí?

—¿Acaso no puedo venir a ver a mi mejor amiga?

—¿Mejor amiga? Cómprate una chico, que Blade es la mía—, dijo Nina en tono serio pero luego sonrió.

—Sí, eres mi mejor amiga, la verdad nunca he tenido amigas chicas. Eres la primera, Blade, y tú Nina, la segunda.

—Oh, vaya. Qué halagador.

—Gracias, Travis, por tu amistad y por venir.

—Descuida. No más me contó Nico vine corriendo, bueno, no literalmente, pero tú entiendes.

—¿Encontraste un autobús tab rápido?—preguntó Nina.

—En realidad Jack fue quien me trajo.

—¿Qué?

Estaba asustada, no quería que él se apareciera por aquí. No en estas circunstancias. No es porque me sentara de la patada el color de la bata, ni mucho menos, pero sería incómodo para mí y para los chicos. Ellos saben lo de las notas, y Nina sabe ya que él fue mi amigo de pequeña.

—Tranquila, él solo me dejó en la entrada y se marchó. Prometió no preguntar ni nada. Es que es tan bien chico.

—Te creo, pero no levantes sospechas. No quiero que nadie sepa que estoy aquí.

—Oliver lo sabe—demandó con un ápice de reproche en su voz.

—Sí, pero no por mí. Él llegó justo cuando la ambulancia me llevaba en la camilla y acompañó a Marco.

Bueno, la verdad no tenía razón para darle explicaciones. Total, solo somos amigos.

—Bueno, como sea. Siempre hay una mosca en la sopa.

—No seas así, Travis. No es un mal chico para que lo tildes así.

—Agh, está bien. Supongo que si es tu amigo debo de aceptarlo.

—Gracias, solo por eso te daré una estrellita.

—¿Qué?

—Blade cree que al regalarle estrellas y puntos extra a la gente la motiva para seguir haciendo cosas buenas.

—Son incentivos, chicos.

—Síiii, claro—dijo él castaño no muy convencido—. Oigan, como que esta situación ya me dio hambre, ¿a ustedes no?

—Sí, la verdad. ¿Iras a la cafetería?

Asintió contento y con cara de hambre.

—¿Quieren que les traiga algo?

—A mí unas galletas y a Blade cualquier cosa que traiga chocolate.

Ahora fue mi turno de asentir contenta y con cara de hambre.

—Bien, sus deseos son órdenes. Ya vuelvo.

Travis se puso de pie y lo seguí con la mirada esperando a que saliera de la habitación pero se quedó estático al abrir la puerta. Y aquello, se me pareció extraño.

Quise moverme un poco a la izquierda para que mi vista pudiera dar hasta afuera pero no logré nada. Nina también al ver la escena se levantó para acercarse pero igual se quedó a medio camino.

—Ja...Jack, ¿qué haces aquí?

Travis, ahora tienes una estrellita menos.

—¿Yo? Vengo a verla a ella—dijo dándose paso entre los brazos de Travis, que aún sostenían la puerta.

No Te Enamores De Jack. ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora