Capítulo 61

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Narra Blade

La idea de Lucas de entregar una nota se llevó una medalla de oro y una estrellita.

Él me prestó una hoja y un bolígrafo para poder hacerlo.

Estaba más nerviosa que de costumbre. Sería la primera nota que enviaría sabiendo que Jack es Jack, y él que yo soy Black. Vaya..., qué enredado sonó eso.

Intenté no darle vueltas al asunto y fui muy breve pero directa. Creo que no soy muy buena para hablar cara a cara con las personas pero sí puedo escribirles.

Quizás y defiendan que la mejor manera de solucionar las cosas es en persona pero aquí Jack estará viendo la versión más real de mí. La que tengo miedo de mostrarle al mundo, y si eso no es sincero realmente no sé qué pueda serlo.

Doblo el papel con el mismo de siempre, y lo meto en un sobre muy bonito que trajo Lucas. Se lució.

Lo único que escribí detrás de este fue Blade, no me ocultaría detrás de mi seudónimo delante de él y esperaba nunca hacerlo con nadie más.

Al dejar la cafetería besé la mejilla de mi mejor amigo y pagué lo que ingerí aunque él defendió que venía de la casa. Suficiente con el ánimo y las ideas que recibí.

Caminé con decisión hacia su casa y al estar unos metros cerca parecía que toda la idea se había desmoronado como una pila de azúcar a la que le viertes agua. Mal ejemplo pero me entendieron.

Toqué tres veces y salió su mamá con un cucharón en mano.

—Oh, hola linda. ¿Qué se te ofrece?

—Yo..., yo vengo a buscar a Jack.

¿Sí recuerdas que él no está, cierto?

¡Cierto! Qué tonta

—Lo siento, querida pero Jack no está en casa. Él está en Inglaterra en la universidad.

Lo sé.

Ella se me queda viendo averiguando qué es lo que quiero al presentarme a su casa y yo solo puedo golpearme mentalmente por no saber reaccionar.

Creo que me está dando un patatús.

—Yo..., solo vine a dejarle esto a Jack.

Y heme aquí, seguro que parezco muy boba.

¡Lo dijiste muy rápido!

Ay, lo sé.

—Oh, está bien. Yo se lo entregaré en cuanto venga a visitarnos. No creo que sea muy pronto pero puedes estar segura de que se lo daré.

Ojalá que no sea muy tarde para cuando la reciba. Ruego por que no sea así.

—Muchas gracias, debo de irme.

—¡Espera!

Me detuve abruptamente y mi corazón comenzó a latir como si hubiera salido de una maratón.

—¿Sí?—dije girándome.

Ella me vio con lágrimas en sus ojos y se acercó a paso decidido para abrazarme.

—Oh, Blade. Cuánto tiempo sin verte. Mira qué grande estás. ¿Has estado bien? ¿Hace cuánto que vives aquí? ¿Y tú familia qué tal?

—Pues he estado bien. Nos mudamos hace tres años y en casa todos están bien.

—¿Tu padre y tu hermanito están aquí en la ciudad?

—No, no. Ellos se quedaron en casa, solo vine por el instituto.

No Te Enamores De Jack. ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora